«Andrés ya sabe que se va a poner bien»
POR M. J. CARMONA
SEVILLA. Andrés Mariscal Puertas tiene desde el domingo, cuando nació su hermano Javier, entre un 70 y 90 por ciento de posibilidades de envejecer. Hasta el pasado día 12, su vida, de sólo seis años, estaba ligada a una anemia congénita ... severa que le obliga a estar cada dos semanas en el hospital para someterse a transfusiones. Una «medicina» que le provoca acumulación de hierro en el corazón y una longevidad no superior a los 35 años. Ahora no es que ya no tenga que ir al hospital. Deberá seguir haciéndolo al menos durante dos meses. Pero cuando se le pueda trasplantar sangre del cordón de su hermano recién nacido, y pasen entre tres o cuatro semanas, podrá prescindir de las transfusiones. En cuatro o cinco años, su vida será igual que la de un niño de su edad. Aunque sólo tiene seis años, sus padres, Soledad y Andrés aseguran que el pequeño ya sabe que se va a poner bien y que para ello ha resultado imprescindible la llegada al mundo de su hermano.
Mientras, los padres soportaban ayer que su habitación del Maternal del Virgen del Rocío se llenara de periodistas para oír su experiencia. Ésta no podía ser más sencilla: felicidad porque Javier ha sido un niño muy deseado, y esperanza porque en su pequeño cuerpo de menos de tres kilos y medio trae la mejor medicina para Andrés.
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