En 2022 murieron por eutanasia 288 personas, la mitad de las que la solicitaron

Sanidad resalta que de las 576 solicitudes que hubo en 2022, se concedieron la mitad: 288. En 2021 las solicitudes para morir fueron 173 y las eutanasias se concedieron a 75 personas. En total, desde la entrada en vigor de la norma se han recibido 749 peticiones para poner fin a la vida, de las que se han aceptado 363, el 50 por ciento.

El perfil de quienes solicitaron la eutanasia, señala el ministerio que encabeza Mónica García, es el de personas de entre 60 y 80 años con enfermedades graves tipo neurológico u oncológico.

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Las personas que solicitan la eutanasia pueden cambiar de opinión en cualquier momento del proceso hasta el último momento, tal como han defendido en varias ocasiones quienes apoyan la norma. Pero según Sanidad, el número de personas que cambian de opinión o solicitan aplazarla es mínimo. Un tercio, además, fallecen antes de que se resuelva su solicitud.

Las prestaciones se realizaron sobre todo en Atención Primaria y un 14% de los solicitantes se acogió al programa de donación de órganos, lo que se tradujo en 135 trasplantes.

Por comunidades, Cataluña lidera la lista como la autonomía en las que más eutanasias se pidieron y ejecutaron en 2022. De las 175 que se solicitaron se concedieron 91. Le siguió Madrid con 62 peticiones y 38 fallecimientos. En Andalucía y la Comunidad Valenciana hubo el año pasado 46 peticiones para poner fin a la vida mediante esta ley: en la primera se ejecutaron 27 y en la segunda 24.

En el lado contrario, no hubo solicitudes ni en Ceuta ni en Melilla. Estas fueron muy bajas en Murcia, donde solo 5 personas pidieron la eutanasia y se aplicó a 2. En La Rioja hubo 5 personas que la reclamaron y a 4 se les concedió.

El ministerio remarca que es la Comisión de Garantía y Evaluación de eutanasia (CGyE) de cada comunidad y ciudad autónoma la encargada de verificar el cumplimiento de la ley, así como de autorizar la aplicación de la misma. El número de solicitudes denegadas, continúa, fue inferior al 20%, de las que, tras las correspondientes reclamaciones ante las CCyE correspondientes, fueron estimadas favorables un tercio.

Recientemente, el caso de Belén, una mujer gallega con esclerosis múltiple que había solicitado la eutanasia y luego se arrepintió, reabrió el debate sobre si los protocolos se están desarrollando correctamente. En un primer momento, esta mujer de 54 años, en silla de ruedas, se mostró dispuesta a morir, pero cuando el equipo de profesionales sanitarios llegó a su domicilio para atender su petición su madre se negó a abrirles la puerta. Semanas más tarde rectificó y la pospuso de manera definitiva.

Abogados Cristianos denunció que este caso ponía de manifiesto que los protocolos no se estaban cumpliendo correctamente, pero desde el Servicio Gallego de Salud reivindicaron que en todo momento se siguió el protocolo autonómico. El Ministerio de Sanidad también defendió entonces que la ley es «muy garantista».