Los afectados por la talidomida le piden ayuda al Papa Francisco

Un grupo de 84 miembros de la Avite han representado a los afectados españoles del fármaco que provocó malformaciones genéticas de niños que nacieron en las décadas de 1950 y 1960, que aún esperan compensación por los daños sufridos. La Avite cuenta con 300 miembros afectados por la talidomida, un fármaco comercializado en muchos países de todo el mundo hasta su retirada en el año 1963.

Uno de los miembros de la Avite, Mariano Garmendia, que ha llegado desde Guipúzcoa, ha dicho que confiaba en que su encuentro con el Papa sirva para «que el Gobierno empiece a hacer algo de una vez» . Otro de los asistentes, Ana Castillo, ha explicado: «al menos hemos logrado hacerle llegar nuestra situación».

Tras la audiencia general habitual de los miércoles en la Plaza de San Pedro y un breve intercambio de palabras con el Papa, los miembros de la Avite le han regalado al Pontífice una camiseta personalizada con el logo de la asociación y un libro y un documental en los que se explica el desarrollo de su lucha de casi 60 años.

Su visita al Papa en Roma ha coincido con la decisión del Tribunal Supremo (TS) sobre el recurso que la Avite presentó contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que el 22 de octubre pasado anuló las indemnizaciones a los afectados por considerar la acción prescrita.

Ayer, el TS decidió retrasar la decisión para convocar el pleno del tribunal, sin fijar aún una fecha. Según el presidente de la Avite, esto va a hacer que su situación «se vaya a eternizar bastante» y, por eso, ha añadido: «la gente mientras se va muriendo, necesitamos ayuda urgentemente» .

La farmacéutica Grünenthal Pharma -responsable del desarrollo de la talidomida, recetada contra las náuseas para el embarazo y que causó malformaciones en los fetos en decenas de países- había sido condenada a pagar 20.000 euros por cada grado de minusvalía que la Administración le hubiera reconocido a los afectados.

Según datos distribuidos por la Avite, en Alemania, Italia, el Reino Unido, Suecia e Irlanda se han establecido pensiones vitalicias para los afectados en diferentes grados que van de la mínima de 612 euros mensuales en el caso alemán a una máxima en ese mismo país de 6.912 euros para los que están en situación más grave.

En Italia, las pensiones van de 2.228 euros a 3.819, mientras que los afectados británicos reciben entre 1.603 y 3.501 euros, los suecos entre 975 y 1.850 euros y los irlandeses entre 989 a 2.224 euros, según su gravedad.