Tres de cada cuatro personas que sufren por razón de su fe en el mundo son cristianos

Este informe, el único que de su clase que se edita por una entidad de la Iglesia Católica, constata un «grave y constante deterioro de este derecho», explicó el director de AIN España, Javier Menéndez Ros, durante la presentación de este documento, que se realiza cada dos años y en el que participan 40 expertos en todo el mundo.

En concreto, la libertad religiosa se vulnera de forma significativa en 82 países, lo que supone el 42% del total. Los cristianos además siguen siendo la minoría religiosa más perseguida en todo el planeta, el 75%. Según los cálculos de esta organización internacional, 200 millones de cristianos son perseguidos y otros 50 millones sufren discriminación, es decir, tienen dificultades para conseguir visados o permisos para construir templos.

En la lista de estados con las violaciones más graves predominan los países musulmanes. De hecho, entre los 20 naciones clasificadas en la categoría de «alta persecución», 14 sufren persecución ligada al islam extremista. Se trata de Afganistán, Arabia Saudí, Egipto, Irán, Irak, Libia, Maldivas, Nigeria, Paquistán, República Centroafricana, Somalia, Siria, Sudán y Yemen.

En los seis países restantes, la persecución está ligada a regímenes autoritarios, como Azerbaiyan, China, Corea del Norte, Eritrea, Birmania (Myanmar) y Uzbekistán.

Solo en seis países, de los 196 analizados, se ha registrado una mejoría en la situación de las minorías religiosas. Se trata de Irán -aunque la persecución sigue siendo «alta»-, Cuba, Emirato Árabes y Qatar -donde la situación es «preocupante»- y Taiwán, en la que es «baja».

En España si bien la discriminación a la que se enfrentan algunos grupos religiosos es «baja» no deja de presentar «algunos elementos preocupantes», indica el informe. En este sentido, el director de AIN explicó que «hay algunas situaciones discriminatorias con el hecho religioso que lo quieren mantener en la vida privada alimentado por un ambiente de laicismo agresivo». A ello, también añadió «las exhibiciones pseudoartísticas que aparecen cada tanto en nuestro país y que constan en ofender a las creencias cristianas de una parte de la población».