xxv promoción del master abc-ucm
El novelista González Sainz, a los periodistas: «Con palabras ciegas damos palos de ciego»
El postgrado está de cumpleaños y para ello ha reunido a una nutrida representación de los 434 alumnos formados en sus aulas. Bieto Rubido, director de ABC, propone a los recién graduados a caminar en tiempos revueltos con el espíritu de Kavafis: «Que el viaje sea largo»
ÉRIKA MONTAÑÉS
Puede que esta jornada del 30 de junio no se inscriba en el Guinness de los Máster, pero memoria y emoción se han dado cita en la escalinata de acceso al diario ABC . No todos los años se cumplen 25, y éste ha sido ... el motivo de celebración en la Casa del decano de la Prensa de Madrid: decenas de antiguos alumnos de casi todas las promociones que han pasado por el Máster de Periodismo ABC-UCM a lo largo de un cuarto de siglo celebraban que la pasión por contar de la mejor manera posible no está en bancarrota. Muchos lo hacen a diario desde las páginas del rotativo de Luca de Tena; no en vano, nada menos que cerca de 70 antiguos alumnos trabajan en ellas o en medios del grupo Vocento, sin contar los 15 de esta XXV promoción, inmersos en pleno periodo de prácticas. Aunque los tiempos obligan a la profesión a caminar a veces sobre ascuas, el camino sigue siendo apasionante. Y siempre hay mucho que contar. «Pide que el camino sea largo / Que muchas sean las mañanas de verano /en que llegues -¡con qué placer y alegría!- / a puertos nunca vistos antes». Eso cantaba el poeta Konstantino Kavafis, 1863-1933, y a él y a la búsqueda de una Ítaca periodística apeló el director del rotativo, Bieito Rubido, un mensaje de optimismo para los nuevos graduados de la Casa. «No os preocupéis porque el momento sea difícil. Cada momento lo ha sido, difícil y estimulante a la vez. Nunca hemos podido hacer más y mejor Periodismo cuando las dificultades económicas eran igual de complicadas». Josefina G. Stegmann, Gonzalo López, Fernando Muñoz, Marta R. Domingo, Eduardo de Rivas, David Vilares, César Cervera, Sara Montero, Angie Calero, Germán Pacheco, Javier Calero, Regina Rivera, Jorge Sanz, Daniel Nebreda y Miguel Jorquera. Son los protagonistas de esta jornada, y a los quince recién graduados animó el director, para que aprovecharan la oportunidad que ABC les brinda, y a no dejarse llevar por los agoreros de la crisis. Rubido ha recordado que cuando se licenció en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense los pesimistas repetían frases idénticas. Ha hecho hincapié en lo que distinguirá a los buenos periodistas del resto, al interesante del mediocre, tanto en la persona como en sus escritos, y es «la formación» del mismo periodista. «Lo que te hace distinto y mejor es aquello de lo que te hayas ido inoculando en tu cerebro, tu alma y espíritu», recalcó el director de ABC.
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Tanto Rubido como los directores académico y periodístico del Máster, María Jesús Casals y Alfonso Armada, respectivamente, han subrayado la obligación de los medios de comunicación de ser la «conciencia crítica del poder, de cualquiera de sus rostros, sea el sindical, deportivo, político y económico». «Es una fecha redonda -ha comenzado por plasmar Armada, un periodista cargado de historias cristalizadas en su dilatada experiencia como corresponsal en el África negra y Nueva York-, perfecta para ese vicio de los periódicos, que le da un suave perfume a crisantemo: los aniversarios». Como redonda también es la vigésimo quinta promoción, que como las de los últimos años ha tenido que adaptarse al «imperio de los nuevos soportes y la nueva forma de contar las cosas, pero sin olvidar lo fundamental», como ha vindicado Armada. El reto es adaptarse al cambio en la forma de contar y el imperio de nuevos soportesEn presencia del fundador del Máster, Enrique de Aguinaga (nacido en 1923) y el continuador en su labor, José Luis Martínez Albertos, el director periodístico del Máster ha reclamado que si los medios quieren «seguir siendo relevantes, además de usar bien las nuevas tecnologías», tienen que «recuperar la ética impecable de ser fieles a los hechos y contarlos apasionadamente, con las palabras más precisas y preciosas». Una vez más, y como santo y seña de su mecenazgo del curso, ha coreado los cuatro lemas que inculca a su alumnado venido ya en profesional y que hablan de humildad, curiosidad, rigor y alegría. Esta vez ha agregado una quinta pata: «Leer, leer, leer. Es decir, vivir, vivir, vivir» en la era en que «internet ha cambiado la vida y el negocio periodístico».
La importancia de escoger «esa» palabra
Tras un sentido y merecido homenaje al alma-mater del postgrado que «ha pastoreado» 24 de las 25 promociones, el coordinador Luis Prados Roa, Armada ha parafraseado al ponente invitado, el escritor J. Á. González Sainz, que en una Tercera de ABC (13 de enero de 2014) disertó sobre la importancia de las palabras para inferir que «toda catástrofe política comienza por una catástrofe lingüística». Y en boca de ambos, se ha pedido a los periodistas bucear en «el haz y el envés de la realidad sin desazón, con cuidado» y escoger los términos adecuados para «desmigajar la realidad» y que no sepa a «hongos podridos». «No mentir con intención o por descuido y que no se nos caiga la cara de vergüenza. Con palabras ciegas los hombres damos palos de ciego porque vemos con las palabras, porque vemos lo que vemos con las palabras», y añadió: «La máquina de connotar funciona a las mil maravillas, no atendemos, ni analizamos, ni pensamos lo suficiente, mentimos. Dejamos tuertas las palabras acogotando al lector», ha enfatizado el autor de libros tan hermosos como «El viento en las hojas», «Volver al mundo» y «Ojos que no ven».
González Sainz ha desgranado ante la hornada de informadores que la misión de todo profesional del medio periodístico «es trasladar al lenguaje lo que está fuera del lenguaje, pero lo tienen que hacer con lo que está en el lenguaje. No viciarlo, no alterar, no manipular, no ser farsantes, no ser falaces por desidia o descuido, voluntaria o involuntariamente, no cometer fraude con las palabras sino recogerlas y elaborarlas y hacerlo de forma veraz», porque el periodismo y la comunicación es de tal importancia y debe hacerse con tal esmero que «toda sociedad que se precie debe reconocerlo y dedicarle la necesaria formación».
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