RUTA BBVA
Las líneas de Nazca: los «grafiteros» del pasado
Desde un mono a un astronauta, esta misteriosa civilización de principios de nuestra era trazó en el suelo inquietantes figuras que van desde los 35 a los 300 metros de longitud
PATRICIA BIOSCA
La científica alemana María Reiche tenía 35 años cuando decidió instalarse en Perú finales de los años 30 para trabajar como profesora. Un día, casi por casualidad, conoció en un salón de té a Paul Kosok, un científico norteamericano que estaba totalmente fascinado por unos ... surcos trazados en el suelo del desierto de las Pampas Jumana. Kosok contagió el entusiasmo por estos extraños dibujos, que representaban desde simples figuras geométricas elaborados seres vivos, y Reiche decidió seguir con la investigación de las enigmáticas líneas de Nazca, el lugar al que este martes ha llegado la expedición de la Ruta BBVA.
Reiche se dedicó desde entonces al estudio de las líneas y a buscar nuevas figuras, que siguieron apareciendo cuanto más buscaba. Kosok aplicó la prueba del Carbono-14 a las líneas, con lo que determinó que databan de hacía 550 años a.C. Y ambos formularon la teoría de que podrían ser un calendario gigantesco, siendo ésta una de las primeras hipótesis racionales hechas al respecto. Así lo conocían los ruteros mientras subían al único mirador desde el que se pueden ver dos figuras: la del árbol, en el que se pueden distinguir varias ramas e incluso sus raíces; y la de las manos, en un dibujo en el que se pueden observar cinco y cuatro dedos respectivamente. Curiosamente, la propia Reiche tenía un dedo cercenado debido a una infección tras pincharse con un cactus, por lo que se sobrecogió sobremanera cuando encontró esta figura y la del mono -una de las más espectaculares- a la que también le falta una falange.
En la actualidad se han descubierto varios centenares de líneas que van desde las más simples hasta composiciones muy complejas en diverso estado de conservación. Miden de 35 a 300 metros de longitud, aunque algunas están cercenadas por la construcción de la carretera panamericana. No se sabe aún su función exacta, aunque las hipótesis varían desde que se hicieron con un motivo protector a otras más paranormales como que eran guías para que aterrizaran naves extraterrestres.
La importancia del agua
Y entre historia y anécdota transcurría el viaje en el tiempo y el misterio de la Ruta BBVA, que hacía una primera aproximación a la cultura Nazca. Una civilización pionera no solo en los “grafitis” del desierto, sino también en ingeniería hidráulica, al saber llevar a sus áridas tierras el agua para poder cultivar sus campos. Los nazcas utilizaban el caudal que bajaba de la montaña construyendo pozos en las zonas altas y acueductos serpenteantes que llevaban agua clara a sus cultivos en las zonas bajas. De hecho, aún se conservan estas construcciones que son limpiadas por los campesinos cada año en una fiesta que se prolonga con cantes y bailes hasta el amanecer desde tiempos ancestrales, según explicó a los ruteros su guía.
La religión ligada a la economía
Completaron su primer acercamiento con la cultura Nazca visitando el ya cimiento arqueológico Paredones. Aquí se realizaban las transacciones entre diferentes culturas de la época y los nazca, además de utilizarlo como vivienda del representante de Cuzco. Pero todas estas funciones giraban en torno a una: la religión. Se realizaban ritos con cerámicas, que una vez concluidos, se tiraban en dirección al monte sagrado de Manto Blanco, un lugar de peregrinación para esta cultura. De hecho, aún se pueden ver en el suelo restos de cerámica esparcidos por el yacimiento, que se encuentra bastante deteriorado.
Esta jornada ha sido la preparatoria para entrar de lleno el miércoles en los misterios de Nazca, una cultura que ocupó un espacio muy pequeño en comparación con la Inca pero que sigue motivando debates e incógnitas.
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