Hazte premium Hazte premium

medio ambiente

Libertad en la UE para decidir sobre los transgénicos

El acuerdo del Consejo de Ministros desbloquea la política sobre organismos genéticamente modificados, pero no zanja la polémica

Libertad en la UE para decidir sobre los transgénicos abc

e. serbeto/a. carra

Los representantes de los 28 países miembros de la Unión Europea aprobaron ayer en Luxemburgo la reforma del proceso de autorización de organismos genéticamente modificados (OGM). El principio adoptado presupone que la autorización del uso de un producto concreto debe ser aprobada en el Consejo de Ministros por mayoría cualificada -sin posibilidad de veto- después de que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ( EFSA ) haya analizado caso por caso y haya dado su dictamen.

Esta autorización durará diez años y será válida para todo el territorio comunitario, pero los países podrán invocar razones sanitarias o medioambientales para prohibirlo. Aunque el acuerdo de los ministros de Medio Ambiente debe ser aprobado aún por el Parlamento Europeo , su desbloqueo político ya ha suscitado una enconada discusión. De hecho, la multinacional Monsanto , advertía ayer en un comunicado de que «esta propuesta, de ser aprobada como legislación, concedería a los Estados Miembro la posibilidad de restringirlos o prohibirlos por motivos no científicos, a pesar de que expertos de la UE han avalado su seguridad y que éstos se han cultivado con éxito en todo el mundo durante los últimos 20 años».

Posiciones enfrentadas

Luis Ferreirim es el responsable de la campaña de agricultura de Greenpeace España . Y su oposición al empleo de estos productos es radical. «Representan muchos riesgos para el medioambiente, la salud, la seguridad alimentaria y el desarrollo socioeconómico de los países. Las evaluaciones que la EFSA ha llevado a cabo son insuficientes porque solo han considerado los riesgos a corto plazo, no hay estudios post-comercialización. Hay riesgo de alergias, de contaminación genética por polinización cruzada de los cultivos tradicionales o ecológicos, lo que hace muy difícil que un agricultor apueste por lo ecológico para no poder venderlo después, y también provocan problemas de resistencia a los herbicidas porque al poder ser usados masivamente con los OGM, las malas hierbas y las plagas se acostumbran a ellos».

Según los científicos son los alimentos más seguros de la Historia

José Pío Beltrán, experto en genética molecular de plantas del CSIC , no comparte esas tesis. «Las resistencias a los plaguicidas se producen con los transgénicos, con los cultivos tradicionales y con los ecológicos. Los transgénicos son las plantas mas analizadas y más seguras -las que han pasado las evaluaciones- de la Historia, eso no es discutible desde una perspectiva científica. Pero incluso fuera del ámbito de la ciencia, hay un dato irrefutable. Si fuesen tan dañinos, los tribunales estarían llenos de demandas».

Sin embargo, para los conservacionistas, no solo hay riesgos medioambientales y sanitarios sino también socioecómicos. «Con los OGM -dice Ferreirim- se está produciendo una perdida de soberanía alimentaria porque las semillas están en manos de unas pocas multinacionales que buscan el acaparamiento para hacer más dependientes a los agricultores». Y en este punto, sí hay cierta convergencia con la ciencia. «Que unos pocos controlen todos los recursos fitogenéticos puede ser inquietante. Pero, en cualquier caso, lo importante es que haya trasparencia, que se pueda elegir y, sobre todo, que las cosas se hagan bien. Todos los años hay problemas graves con la agricultura ecológica. Y ninguno con los transgénicos», dice Beltrán.

Europa se queda atrás

Pere Puigdomènech es Director del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) del CSIC-IRTA-UAB, y pone en valor la decisión del Consejo de Ministros de la UE. «El problema de los transgénicos a nivel científico es en realidad un no problema. No hay riesgo alguno. Otra cosa es a nivel político. Pero esta vez la UE ha hecho lo único que podía hacer; y lo mejor, porque no se podía seguir más tiempo a merced de las minorías de bloqueo. El haber conseguido una mayoría ha sido un éxito. ¿Que seguirá habiendo polémica porque cada país es un mundo en este aspecto? Seguro. Pero se ha dado un paso importante».

Los agricultores aseguran que si se renuncia a ellos Europa pierde el tren

Fernando Luna es portavoz de Asaja Aragón, la comunidad que más maíz transgénico cultiva en toda España. Luna lo planta y asegura que «nunca he tenido problemas. Todo lo contrario. En el valle del Ebro tenemos la plaga del taladro, que debilita los tallos del maíz, y el cierzo, que cuando sopla lo tira al suelo y lo pudre. A mí me da lo mismo plantar maíz transgénico o convencional. Pero si quiero competir con los estadounidenses, brasileños, canadienses o argentinos, y rentabilizar las inversiones en regadío para adaptar mis cultivos a la directiva marco europea del agua, la única opción es el maíz modificado. Pero es que, además, es todo hipocresía. Europa tiene que importar transgénicos porque el 40% de la proteína vegetal que consume nuestro ganado es soja transgénica. Es todo tan absurdo que hasta los euros con los que pagamos están hechos de fibra de algodón trasgénico. A Europa, por culpa de políticos indecisos, se la van a comer sus competidores».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación