El Papa invita en la Explanada de las Mezquitas a «comprender el dolor de los demás»

Agradece la «grata hospitalidad» en el tercer Lugar Santo del Islam

El Papa invita en la Explanada de las Mezquitas a «comprender el dolor de los demás» afp

juan vicente boo

En las primeras horas de la mañana, cuando el sol empieza a cobrar fuerza, la Explanada de las Mezquitas es uno de los lugares más hermosos del mundo. Es también el más problemático, y la obsesión por la seguridad del Papa había llevado a ... vaciarlo por completo de fieles y a desplegar en ese Lugar Santo musulmán docenas de soldados israelíes con todo tipo de uniformes, pistolas y fusiles de asalto, cuya presencia resultaba extraña en ausencia de enemigo.

La Cúpula de la Roca lució sus mejores reflejos dorados para acoger al Papa, cautivado por la belleza del lugar que los musulmanes llaman al-Haram ash Sharif, «el noble recinto sagrado», construido sobre el antiguo templo de Salomón.

Allí le esperaba el Gran Muftí de Jerusalén y Palestina, jeque Muhamad Ahmad Hussein, quien le recibió con afecto y le mostró el interior de una mezquita conocida también por sus esplendidos mosaicos exteriores azulados.

Después caminaron por la Explanada de las Mezquitas –así llamada porque un poco más al sur se encuentra la de al-Aqsa, «la lejana»- hasta llegar a la sede del Gran Consejo, cuyos miembros le estaban esperando a la puerta. Las presentaciones tuvieron lugar en la explanada, antes de entrar en el pequeño edificio de piedras blanqueadas por el sol para el discurso de Francisco a las autoridades islámicas.

Después de mencionar a Pablo VI , peregrino a Jerusalén hace 50 años, el Papa se refirió a Abrahán, el padre común de las tres religiones monoteístas, «que vivió como peregrino» y es para todos «un padre en la fe y un gran ejemplo a imitar».

El Papa les dijo que «todo peregrino es una persona que se hace pobre, y esa debe ser nuestra actitud espiritual. No podemos limitarnos a ser autosuficientes, a permanecer cerrados, seguros de nuestras convicciones». Hacerse peregrino significa compartir con otras personas parte del camino y también «paradas refrescantes de descanso. Así es nuestro encuentro de hoy, una parada grata hecha posible por vuestra hospitalidad».

El Papa les hizo notar que, «como hijos de Abrahán, también nosotros debemos ser testigos de la actuación de Dios en el mundo», y por eso «en nuestro encuentro, escuchamos de nuevo la llamada a ser operadores de paz y de justicia». Eran comentarios esencialmente religiosos, completados con una llamada «a aprender de lo Alto la misericordia, la grandeza de ánimo y la compasión».

Sin hacer referencia específica a ninguno de los conflictos, el Papa terminó sus palabras invitando a «respetarnos y amarnos los unos a los otros como hermanos y hermanas». Exhortó a «comprender el dolor de los demás», y concluyó casi con un grito: «¡ Que nadie instrumentalice para la violencia el nombre de Dios ! ¡Trabajemos juntos por la justicia y la paz! ¡Salam!».

El Papa invita en la Explanada de las Mezquitas a «comprender el dolor de los demás»

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