EDUCACIÓN
José Adolfo de Azcárraga: «Los intereses corporativos dificultan la mejora de las universidades»
El catedrático de Física y miembro de la comisión de expertos para la reforma universitaria considera necesario cambiar el sistema de elección de rector y gobierno de estas instituciones
MANUEL TRILLO
Inadecuada selección del profesorado , burocracia asfixiante, desmesurada oferta de títulos... Estos son algunos de los males de la universidad española a juicio del catedrático de Física Teórica de la Universidad de Valencia José Adolfo de Azcárraga, uno de los expertos que redactaron hace ... ya más de un año las propuestas para la reforma de la enseñanza superior , aún pendiente. Recientemente, los rectores pedían al Gobierno en un manifiesto el fin de lo que llamaban «medidas excepcionales», pero Azcárraga echa en falta «una mínima autocrítica».
-¿Qué le parece la declaración de los rectores?
-Como bien dicen, la financiación de las universidades y de la I+D es una inversión para el futuro: los países con más visión no la han reducido pese a la crisis. La emigración de buenas cabezas es, literalmente, una tragedia para España. Pero quizá convendría recordar que frecuentemente los mejores se ven obligados a irse, o no pueden regresar, porque los criterios de selección del profesorado, nacionales y locales, les perjudican.
-¿Cuáles son los principales problemas de las universidades españolas?
-Una inadecuada selección del profesorado; la escasa financiación, la mejorable utilización de la que hay y la escasez de incentivos económicos para la calidad; su carácter generalista en connivencia con las comunidades autónomas, deseosas de tener sus propios sistemas universitarios; la desmesurada y costosa oferta de títulos, que sigue creciendo con estudios de difícil justificación, y una burocracia asfixiante. Estos problemas requieren reformas estructurales; sin ellas, el mantra «más financiación y más autonomía» resolverá poco. Se echa de menos una mínima autocrítica de los dirigentes universitarios.
-A la vista de estos problemas, ¿debería acelerar el Ministerio la reforma?
-El trabajo de la Comisión de Expertos concluyó con la entrega del Informe. Pero las infundadas dudas sobre su constitucionalidad, sembradas por el voto particular de los juristas de la Comisión, favorecieron las críticas al Informe hasta que la Sección de Constitucional de la Abogacía del Estado dictaminó su completa constitucionalidad.
«Se echa de menos una autocrítica por los dirigentes universitarios»Sin embargo, ni siquiera se ha suprimido o refundado la Aneca , agencia jurídicamente controvertida y responsable desde 2007 de la deficiente selección del profesorado. Por otra parte, los intereses corporativos dificultan la mejora de las universidades: predomina la tendencia a cambiarlo todo para que todo siga igual. La reforma, como dijo Cajal hace más de un siglo, habrá de venir de fuera. No debiera ser tan difícil: los principios generales del Informe podrían suscribirlos casi todos los sectores políticos si olvidaran la pugna partidista. Algún Ministerio deberá dar el primer paso; no cabe esperarlo de la gran mayoría de las universidades.
-¿Qué propondría para evitar la politización de los equipos rectorales?
-Cambiar los sistemas de elección de rector y de gobierno universitario, contaminados por intereses corporativos ajenos a la excelencia. Las actuales elecciones implican un enorme desgaste de recursos humanos, además de posibles escisiones internas. La Comisión propuso un sistema de gobierno análogo al del Informe Tarrach (bajo el ministro Gabilondo), introduciendo cambios que garantizan la autonomía universitaria. El rector, que podría ser extranjero, es elegido por el Consejo de la Universidad, ante el que responde.
-¿Y para impedir la endogamia?
-Bastaría que nadie sea contratado por la universidad donde se doctoró sin permanecer antes unos años en otras instituciones. Si la movilidad es enriquecedora, ¿por qué en la universidad puede ser incluso un demérito?
-España está ausente de los primeros puestos en los rankings internacionales. ¿Cómo elevar la excelencia?
-Mejorando la selección del profesorado y la internacionalización, que no sólo consiste en recibir estudiantes Erasmus atraídos por España, sus gentes o el idioma. La internacionalización del profesorado exige suprimir trabas de las propias universidades, abiertas y encubiertas. Las universidades son un servicio público, pero se suele olvidar que el público no son sus profesores y personal administrativo, sino los estudiantes y la sociedad que las financia: la universidad está al servicio de la sociedad, no de sí misma.
«Los mejores se van porque el sistema de selección les perjudica»Cuando se adopta esta perspectiva, se comprueba hasta qué punto el corporativismo, disfrazado de democracia, impregna la vida universitaria. La sociedad debe apreciar, además, la conveniencia de tener universidades excelentes, no sólo algunas buenas. España no tiene un Nobel científico desde Cajal, ¡hace 108 años! (el de Ochoa es de EE.UU.), prueba evidente de una disfunción endémica. No nos engañemos: el problema es estructural, no sólo de financiación. La gran reforma de hace 30 años, inspirada en la universidad investigadora alemana de Wilhem von Humboldt, se ha desvirtuado. La universidad española necesita un auténtico movimiento regeneracionista.
-Se habla con frecuencia de los problemas de financiación. ¿Cómo pueden captar recursos los rectores?
-Las universidades deberían mejorar su calidad y apoyar sin complejos a sus mejores centros y departamentos para mejorar la investigación, patentes, contratos, etc. Y, no lo olvidemos: el apoyo a la investigación mejora la docencia, pese a interesadas afirmaciones en contrario.
-¿Ve adecuados los requisitos de las becas? ¿Ha sufrido la igualdad de oportunidades, como dicen los rectores?
-La afirmación «las becas han cambiado su naturaleza de derecho por las de una ayuda por la que se compite» requiere matizaciones. Si un 5.5 es «competitivo», ¿por qué no el 5? Medio punto sólo representa una exigencia adicional de un 5%. Parafraseando a Engels, tan mínimo cambio cuantitativo no puede producir uno cualitativo. Tampoco el 6.5 (un 15% más), aunque preferiría algo menos. Pero las becas son un derecho que hay que ganarse.
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