El Papa intensifica su «operación limpieza» dentro del Vaticano

Gracias a las medidas enérgicas tomadas por Benedicto XVI, los casos nuevos de abuso de menores se han reducido a un número mínimo, muy inferior al de cualquier otra organización que trabaje con menores de edad. Incluso los delitos antiguos que salen a la luz son también cada vez menos, y fueron cometidos hace dos o tres décadas.

Pero la meta es mucho más alta que la mera erradicación. El objetivo es el que indicó Benedicto XVI en el 2010 durante su viaje al Reino Unido: la Iglesia católica debe aprovechar la penosa experiencia adquirida y pasar a ser el referente mundial en protección de menores como lo es en la ayuda a los pobres y a los enfermos sin recursos en casi todo el mundo.

Al mismo tiempo, el Papa continúa la «limpieza de establos» en el otro terreno que ha generado escándalos en los últimos años: las corruptelas económicas en el Vaticano y su galaxia de entidades asociadas.

Desde hace dos meses, la situación es de «auditoría total», pues al trabajo de la consultora internacional con sede en Washington Promontory Financial Group , que estaba revisando las actividades de los clientes del banco del Vaticano y las de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), y el trabajo de la consultora Ernst & Young sobre otros departamentos económicos se sumaron la McKinsey & Company para sistematizar los medios de comunicación del Vaticano y la KPMG para unificar el sistema contable de más de doscientos organismos.

La presencia de las « Cuatro Grandes» consultoras internacionales se completa ahora con la llegada de Price Waterhouse Coopers (PwC) para examinar la gestión del Hospital Bambin Gesú y la de Deloitte para revisar las cuentas y la gestión de la Fondaziones Casa Sollievo della Sofferenza, el gran conjunto de hospitales promovida por Padre Pio de Pietrelcina en San Giovanni Rotondo (Puglia).

Según un comunicado del Vaticano, los datos que reúnan las dos auditoras servirán para «mejorar los modelos de gestión y garantizar la transparencia y eficiencia». Se evitarán también así los escándalos económicos protagonizados por otros hospitales de beneficencia, que además de generar descrédito han exigido rescates muy costosos.

Naturalmente, ninguna organización puede vivir indefinidamente con tantas auditorias simultáneas. La esperanza es que estén casi todas concluidas dentro de tres o cuatro meses, de modo que las medidas de racionalización y saneamiento puedan tomarse este verano y el Papa pueda pasar a concentrarse en la reforma de la Curia vaticana.