Doménico Giani, la sombra del Papa

Desde que en 2006 asumió el cargo en sustitución del histórico Camilo Cibin , que protegió a seis Papas durante 58 años, la especialidad de Giani ha sido la de hacerse invisible, estar siempre junto al «jefe» pero sin que la gente se fije en él. Estuvo ahí para placar a Susanna Maiolo , la mujer que atacó a Benedicto XVI en la misa del Gallo de 2009. También estuvo en la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid , diseñando un perfecto dispositivo de seguridad que sorprendió a la Policía española por la manera de situar a sus hombres alrededor del Papa, algunos armados con metralletas Uzi debajo de la chaqueta, por la organización de una vía de escape, por cómo colocaba a agentes de paisano entre el público o cómo estudiaba las ciudades antes, durante y después de los viajes. Ahora se encuentra en Río de Janeiro , protegiendo a Francisco en una visita que ha levantado ampollas por las violentas protestas desatadas contra los políticos y por la bomba casera que fue detonada antes de ayer en el santuario nacional de Aparecida, que será visitado por el Papa.

Fue miembro del equipo que protegía a Juan Pablo II , agente de la Guardia de Finanzas y de los servicios secretos italianos, pero cuando fue nombrado jefe de los servicios de seguridad del Vaticano tenía solo 44 años, y causó una gran sorpresa en la Curia. Tras una figura de tanto peso como Cibin –que había intervenido directamente en los atentados contra Pablo VI en Manila y los dos sufridos por Juan Pablo II –, Giani no era ni mucho menos el favorito. Pero dicen que convertirse en la persona de confianza de Ratzinger durante su etapa como cardenal en el Vaticano le ayudó mucho cuando su predecesor se jubiló.

Su peor momento

Este lunes vivió su momento de mayor tensión desde que Francisco fuera nombrado Papa. Durante el trayecto del Pontífice desde el aeropuerto internacional hasta Río, el Papa dejó la ventanilla bajada provocando la euforia de los fieles, que acorralaron el vehículo y detuvieron la comitiva provocando una situación de caos muy poco habitual. Cinco agentes en moto tuvieron que correr en auxilio del coche, desesperando a Giani y a sus hombres, en un fallo de seguridad del que las autoridades brasileñas se han desentendido .

Sin embargo, no es fácil organizar el dispositivo de un Papa que quiere estar lo más cerca posible del pueblo. Un hombre acostumbrado a vivir en una humilde casa y a viajar en autobús, metro o andando hasta un día antes de ser elegido Santo Padre, y que quiso seguir trasladándose de forma demasiado informal para un cargo como el suyo. Y por si fuera poco, ha dejado bien claro que quiere usar el «papamóvil» lo menos posible , que prefiere el Jeep abierto que usa en Roma, que ha quitado los cristales antibala, que no desea hombres armados en los desfiles y que le gusta tocar a los fieles. «Esta cercanía a los más pobres es muy bella y apreciada por la gente, pero implica una férrea actividad de prevención de la seguridad», aseguró Giani a la revista « Polizia Moderna ».

«Será la gente quien proteja la vida del Papa», dijo hace unos días el ministro de la Secretaría general de la Presidencia de la República con motivo de su visita a Brasil. Pero Doménico Giani estará cerca, a la sombra, por si acaso.