La única revista cultural digital de Lebrija cumple diez años

Diez años después, el proyecto se ha consolidado con una media de 3.000 lectores diarios y su catalogación como una de las escasas revistas culturales diarias que reconoce la Biblioteca Nacional . «La idea surge por mi inquietud de cambiar el mundo desde la cultura y mi obsesión por el uso de herramientas modernas», comenta Trujillo en la redacción que también hace de estudio de diseño y cuyos ventanales dan a un pequeño huerto ecológico.

Lebrija Digital nació como marca en el año 2000 y se lanzó en 2005 a un mundo digital lebrijano entonces «muy corto en editores y lectores». Trujillo se convirtió en un pionero en Lebrija y Andalucía de las posibilidades que presentaba la web 2.0 para el mundo de la cultura.

Y a pesar de la década transcurrida, «hoy seguimos siendo los únicos como revista digital y como medio de comunicación » dedicado en exclusiva a la cultura en Lebrija .

La revista también ha sufrido la crisis: «Fue rentable durante tres años, hemos logrado abaratar costos, pero aún no se ha recuperado; estamos salvados porque yo sigo aportando dinero», señala su editor.

El espíritu que impregna Lebrija Digital está más cercano de los creadores que de los organismos oficiales o privados que organizan actividades culturales, por esta razón en esta revista cultural tienen un protagonismo especial las colaboraciones de los propios artistas, «los que son activos, los que crean; nosotros vamos a la caza y captura de los que hacen cosas».

La web cuenta con colaboradores de todo el mundo, es un medio de comunicación globalizado , «que nos puedan leer en Sudamérica es globalización, que colaboren desde Suiza es globalización», y buen ejemplo de ello son firmas como las de la defensora del pueblo Palestino y escritora Pilar Salamanca , el profesor de español en La Sorbona de París, Francisco de la Rosa , o el dibujante Luis Pernía .

La plantilla de colaboradores en todas las disciplinas culturales supera las 40 personas, a las que se les respeta íntegramente sus artículos, «sin censuras, sin limitaciones».