Fernando García de Cortázar: «Sevilla siempre ha sido una ciudad soñada y amada por mí»

Se trata de «un recorrido positivo por España, un viaje por las Españas que he amado y Sevilla para mí siempre ha estado ligado a través de mis abuelos, que vivieron aquí. Para mí Sevilla siempre ha sido una ciudad soñada por los relatos y las poesías que nos traía mi padre y amada por mí». Y es que la vinculación del «gran historiador español» con Sevilla le viene por parte de sus abuelos, «que vivían en esta ciudad».

«Viaje al corazón de España» se inicia, precisamente, en Andalucía, en Huelva y Sevilla, y recorre el país bajo la visión de un personaje como Cortázar que mezcla la Historia, el Arte, la Literatura como él mismo sabe hacerlo.

Jesuita confeso, como él mismo recordó durante la presentación, el historiador bilbaíno reconoció que «nos tenemos que afirmar como españoles pero por encima de eso tiene que haber algo que nos vincula, que es el paisanaje, el arte, la filosofía y la cultura», definió el autor acerca «de mi obra más ambiciosa».

Retrata el país «en positivo, pero me da pena que Andalucía no haya sido una de las comunidades históricas », como el País Vasco, Galicia o Cataluña.

E, inevitablemente, salió a relucir el problema de los nacionalismos , algo que despachó tajantemente en los siguientes términos: «El nacionalismo es el gran enemigo de España y de la idea que tenemos de España, porque ellos —los nacionalistas— casi siempre nos han ganado la batalla de la dialéctica , porque quien se apodera de la palabra se apodera del poder». Y lo dijo una persona considerada «políticamente incorrecta en este país que, por decir lo que piensa he tenido que llevar escolta durante muchos años».

«El único nacionalismo que existe es el de Montserrat en Cataluña. Hemos tenido la mala suerte de que la izquierda siempre le ha brindado a los nacionalistas una honorabilidad que nunca han tenido», desgranó «el gran divulgador de nuestra época» , como lo presentó Francisco Robles.

García de Cortázar repasó la historia de los siglos XVI y XVII y destacó, sobremanera, la figura del «gran jesuita Juan Andrés, quizá el personaje más importante de la Ilustración».