A contracorriente

Tocaba el turno esta vez a una formación que debutaba y procede de la simbiosis más 'natural' posible, la más primigenia, la que aúna la enseñanza en los conservatorios (en esta ocasión de Huelva, Cádiz y Sevilla) con la práctica y solvencia de los miembros de la ROSS que, una vez más, se han implicado en esta tarea, aunque ya desde su llegada hace 31 años esta imbricación se lleva produciendo de manera particular.

Nos lo explicó muy bien Pedro Vázquez , gerente de la ROSS, desde la importancia que tiene este encuentro en el Teatro de la Maestranza , donde habitualmente tocan sus profesores, junto o además de primeras figuras de la música mundial. En principio, el proyecto se plantea como anual (Vázquez ya nos convocaba para el 23 de mayo de 2023), los alumnos figuran a propuesta de los propios conservatorios, la selección se producirá cada año (no se 'entra' para varios cursos) y se circunscribe exclusivamente al Grado Medio . El gerente agradeció la colaboración de los profesores de la ROSS, del Maestranza (sus técnicos han trabajado junto a los chavales el sábado y domingo de Feria), Junta de Andalucía y Ayuntamiento, junto a personas e instituciones privadas, como el Colegio San Francisco de Paula, Victoria Stapells, Universidad Loyola, Consulado de Francia y la Cámara Franco-Española.

Como suele ocurrir con este tipo de orquesta enorme, se buscan obras de su talla , y no sólo hablamos de tamaño, sino de la altura que quieren demostrar. Esto es siempre difícil, puesto que son todavía estudiantes y ni siquiera de Grado Superior; pero es de valorar entusiásticamente su enorme esfuerzo desarrollado en tan sólo dos días de ensayos, su excelentes resultados globales, así como destacar la emoción -ellos la habrán sentido también- de ser capaces de presentarnos tres grandes piezas orquestales : 'Finlandia' de Sibelius , la 'Suite nº 1' de 'Peer Gynt' de Grieg y 'Los planetas' ('Marte' y 'Júpiter') de Holst .

Ya este gran número de músicos implica la búsqueda de colorido y, por ende, la presencia de solos en los diferentes instrumentos solistas, que a la vez nos daban idea del nivel musical de los chavales. 'Finlandia' sobresalió por su equilibrio , acaso por ser la más ensayada -suponemos-, a la vez que la más 'sinfónica'. 'Peer Gynt', por su parte, dio más oportunidad a los momentos individuales , desde esas flautas iniciales de una luminosidad cegadora, que además se fusionaron en una sola, el oboe reflexivo o luego el fagot. Estuvieron prácticamente extraordinarios los metales, y eso que llegaron a ser muchos, con desmayos en alguna trompa, pero dominando en ellos la entereza, el brillo, la pegada. Mencionamos hace muy poco lo expuesta que está la cuerda aguda, al asumir de forma mucho más evidente que el resto de su familia el protagonismo de buena parte de las melodías, pero en general el resultado fue estupendo y se volcaron como todos sus compañeros.

Terminaba el programa con la famosa obra dedicada a los planetas de Holst, conocida en el mundo de la clásica o en su 'alter ego' cinematográfico, como bien se encargó de subrayar la propia orquesta dando como propina la 'Marcha imperial' de 'La guerra de las galaxias' , que 'clona' el famoso 'ostinato' y el carácter oscuro del tema sin mucho pudor; también podían haber hecho lo propio con 'Gladiator' , donde Hans Zimmer fue denunciado por plagio por los herederos de Holst, debido otro de los temas incluido en 'Marte'. Es decir, se trataba de un programa más cercano de lo que podían pensar algunos jóvenes amigos y familiares de los músicos. Por cierto, aplauso para ellos porque no aplaudieron hasta que terminaban las obras.

Dirigió el omnipresente Díaz , a quien hay que agradecerle el trabajo extra que supone dirigir a músicos no profesionales, aunque imaginamos que reconocerá en ello un rédito futuro y la satisfacción de colaborar en su formación. Dicho esto, es el particular enfoque de las obras y el 'control' sobre la gran orquesta lo que vuelve a reiterar de actuaciones anteriores .

En fin, una experiencia extraordinaria, alentadora, emocionante y, sobre todo, esperanzadora , por aunarnos en ese deseo irrefrenable de enfrentarnos a la mediocridad impuesta mediante toda la fuerza de proyectos basados en el esfuerzo, la superación y el merecimiento. Aunque ello suponga navegar a contracorriente.