arte

El Prado expone por primera vez los dibujos de Sánchez Perrier

La muestra monográfica del pintor sevillano se podrá ver del 5 de mayo al 30 de julio en Madrid

Juan Lacomba: «La modernidad en España se inició en la pintura andaluza»

'Inundación de la Alameda de Hércules' (1876), lápiz compuesto sobre papel avitelado ABC

Emilio Sánchez Perrier ha sido elegido para una exposición monográfica este año en el Museo del Prado de Madrid. Sus dibujos se podrán contemplar desde el próximo 5 de mayo al 30 de julio en la sala D del edificio anexo de los ... Jerónimos, donde normalmente se llevan a cabo todas las exposiciones temporales. La muestra corre a cargo de la comisaria Gloria Solache, técnico de Museos en el Departamento de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado. Es la primera vez que se presenta una muestra monográfica dedicada a esta faceta como dibujante del pintor paisajista sevillano. Esto se debe gracias a la generosa donación que hizo la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno al Museo del Prado en 2019, consistente en un lote de 192 de sus dibujos. Con esta insigne cantidad, se ha podido plantear un completo recorrido a través de su carrera artística. La exposición no acabará en el Prado y se presentará en otoño de 2023 en la sede cacereña de la Fundación Tatiana, en el Palacio de los Golfines de Abajo, con la colaboración de la fundación del mismo nombre.

Emilio Sánchez Perrier (Sevilla, 1855-Granada, 1907) pasó a la fama como pintor y acuarelista especializado en paisajes y temas no solamente andaluces sino orientalistas. Fue comendador de la orden de Isabel la Católica, miembro de la Sociedad General de Bellas Artes de Francia y de la Academia de Bellas Artes de Sevilla. Comenzó su formación en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal, donde tuvo como maestro a Joaquín Domínguez Bécquer, Manuel Barrón y Eduardo Cano, así como de Carlos de Haes en la de San Fernando de Madrid. Posteriormente, se trasladó a París para ampliar sus estudios. Allí entró en contacto con la 'Escuela de Barbizon' e ingresó en el taller de Auguste Boulard; además, frecuentó los de Jean-Léon Gérôme y Felix Ziem. Siguió los pasos que habían emprendido antes Villegas Cordero o posteriormente otro destacable paisajista, José Arpa, para conocer el ambiente internacional. En sus varios viajes a París se vinculó a los salones oficiales y académicos y entró en contacto con el paisajismo realista del momento, recibiendo la influencia de Corot y de la llamada 'Escuela de Barbizon'. Venecia, Bretaña y Marruecos fueron igualmente destinos fructíferos para la producción del pintor.

Acudió con frecuencia a Alcalá de Guadaíra para reunirse con artistas del círculo del pintor Manuel Ussel de Guimbarda y a Granada, donde trabajó junto a Martín Rico. Participó en numerosas exposiciones, fue galardonado con mención de honor en el Salón parisino de 1886, y con medalla de oro en la de Cádiz de 1879. Asimismo obtuvo segunda medalla en la Nacional de 1890 y en la Universal de París de 1889.

Gran personalidad

La personalidad de Sánchez Perrier es de una singular importancia para la historia del paisajismo y no sólo en Sevilla, como lo demuestran sus obras en colecciones extranjeras y los galardones que alcanzó en su época. En el ambiente local su figura resulta decisiva en los orígenes del paisaje realista. Considerado como el fundador de la llamada 'Escuela de Alcalá de Guadaíra', se convierte en el punto de referencia de paisajistas contemporáneos y de generaciones posteriores. En cuanto al ámbito internacional, su obra se ha equiparado con las más logradas del paisajismo de raíz plenairista (al aire libre en lugar de la pintura de estudio).

'Autorretrato', acuarela (circa 1880) abc

Su posterior trayectoria artística se enmarca dentro de la peculiar visión de la realidad que había iniciado en España Carlos de Haes, su maestro en Madrid, y desarrollado Martín Rico, al que tuvo la oportunidad de conocer personalmente. A estas influencias se sumaría la recibida directamente de Fortuny, cuya pintura tendrá una particular repercusión en las posteriores obras de temas orientalistas que realizaría el pintor. Las obras hispalenses de Sánchez Perrier son producto en gran parte de sus frecuentes visitas a los alrededores de Sevilla. Numerosos son los paisajes del Barbizon sevillano, de la ribera de Alcalá de Guadaíra o de la también próxima localidad de Guillena.

Los dibujos que ahora podrán contemplarse en Madrid proceden en gran medida de antiguos cuadernos, que fueron en su momento desmembrados seguramente tras la muerte del artista con el objetivo de ser puestos a la venta. Tal y como se puede ver en la procedencia de este grupo de dibujos, estudiado por el pintor e historiador de arte Juan Fernández Lacomba, la mayor parte de ellos tiene estampado el sello violeta de la testamentaría, práctica muy frecuente en la segunda mitad del siglo XIX y primeros años del siglo XX. Por fortuna, fueron prontamente recuperados por el amigo de la familia, bibliófilo y coleccionista Carlos García en un álbum en el que los reunió junto a los que hoy están en la Fundación Cajasol.

Intensa actividad

Estos dibujos ofrecen una visión panorámica de los años de más intensa actividad de Sánchez Perrier. La mayor parte de ellos proceden, como se ha comentado, de cuadernos de dibujo de pequeño formato, elaborados con lápiz, pluma o aguadas monocromas. Sus focos de interés fueron fundamentalmente paisajes fluviales con sus barcas, arboledas y plantas, casas de campo y de labor con sus norias, calles y casas de pequeñas poblaciones de Bretaña, Aragón, Galicia, Alcalá de Guadaíra, Constantina y Guillena y también de Venecia y Granada, así como de la misma Sevilla capital.

Pero también hay estudios de figuras que le servirán para sus composiciones pictóricas, junto a retratos de personas cercanas. Además de estos dibujos de pequeño formato, hay otros elaborados en hojas mayores, algunas veces en papel de color, en los que con lápices grasos o carboncillo concibió paisajes muy pictóricos que adquieren valor autónomo por sí mismos.

Cabe destacar que en el Museo de Bellas Artes de Sevilla se puede contemplar su magnífico óleo 'Triana', adquirido por el Estado en subasta. «El tema de acentuado carácter lírico del perfil de la ciudad de Sevilla que se refleja en las aguas del Guadalquivir fue tratado frecuentemente por el artista. El encuadre es el de la orilla al río Guadalquivir del conjunto de fachadas y postigos traseros del barrio de Triana, lugar elegido en numerosas ocasiones, pero que destaca esta vez por lo singular de su gran formato y la elaborada composición de amplia perspectiva que concluye en el puente de Isabel II, tras el que se atisban algunas embarcaciones», señala la directora María del Valme Muñoz Rubio.

«Es un trabajo meticuloso, descriptivo, fruto de la realización de apuntes y estudios, que le confieren un gran valor documental a esta vista de la ciudad, tema de gran éxito en la pintura sevillana decimonónica. Un paisaje en el que la personalidad del pintor se manifiesta por su visión realista, de minuciosa y atenta mirada del natural con marcado carácter intimista, en que los motivos populares y pintorescos se enmarcan dentro de una atmósfera de espacio y tiempo detenidos», apunta Muñoz Rubio.

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