Así será la transformación de la calle de Sevilla que conecta la Carretera de Carmona con Arroyo

En concreto, y según recoge la memoria de la licitación del contrato que ha publicado el Ayuntamiento de Sevilla, la red de abastecimiento existente en Francisco de Ariño «está realizada mayoritariamente de fibrocemento y de hierro fundido», mientras que la de saneamiento «es en su mayor parte de hormigón en masa y presenta un elevado estado de degradación, además de una sección insuficiente». Todo ello ha empujado a Emasesa a plantear esta obra de renovación de la mismas, en las que invertirá una cifra superior a los 1,3 millones de euros, planteando igualmente un plazo de ejecución de algo más de siete meses. Un periodo durante el que se producirán cortes parciales y totales de la calle, obligando a desviar el tráfico y a suprimir de forma temporal los aparcamientos en superficie. No hay, por el momento, una fecha definida para el inicio de los trabajos, aunque presumiblemente comenzarán a finales de primavera o inicios del próximo verano.

La mejora de la instalaciones de esta calle permitirá también que se lleve a cabo una reurbanización integral de los acerados y de la calzada, que en la actualidad presentan grietas, baches y otras deficiencias que condicionan la circulación de vehículos. Un proyecto que, tras la petición realizada por la Gerencia de Urbanismo, incluye la renovación y ampliación de las zonas peatonales, reduciendo ligeramente la anchura actual que tienen los dos carriles (uno por cada sentido) que están destinados al tráfico. No será la única novedad que provoque esta actuación, puesto que la extensión de la superficie de los acerados por criterios de accesibilidad, que afectará sobre todo al espacio más cercano a las viviendas situadas en los números pares, conllevará también una ligera modificación del trazado actual del carril bici para hacerlo más uniforme en dirección a San José Obrero.

El otro gran cambio con el que se encontrarán los vecinos de la zona una vez que se dé por finalizada la intervención estará relacionado con los aparcamientos en superficie que se conservarán. En el proyecto de obras en Francisco de Ariño prevé que se amplíen los acerados y que, por tanto, sea necesario que los estacionamientos en batería sean sustituidos por otros en cordón. Esto, en la práctica, supondrá la eliminación de alrededor de una veintena de las plazas actuales, en una calle ya de por sí bastante mermadas por la falta de opciones para dejar los vehículos en la vía pública. Su lugar pasará a ser ocupado por nuevos alcorques, en lo que está previsto que se planten casi medio centenar de árboles con el objetivo de dar sombra natural a una vía en la que hasta ahora apenas hay espacios en los que resguardarse del sol.

Los trabajos de transformación de la calle Francisco de Ariño se realizarán en varias fases. El objetivo de este calendario no es otro que evitar el cierre total de la vía durante los más de siete meses por los que prolongarán las obras y que, paralelamente, se mantenga abierta una de las dos aceras para permitir el tránsito peatonal por la zona y el acceso a los comercios que allí se sitúan. No obstante, la intervención afectará puntualmente a los cruces con la red de alumbrado actual de la Carretera Carmona y Maestro Gómez Zarzuela, además de a las redes de saneamiento en los pozos existentes del cruce de la calle Arroyo. También se producirán cambios de sentido en la circulación de calles como Miguel Vázquez Garfia o la conversión en vías sin salida de la mayoría de espacios del barrio del Fontanal. Entre ellos, algunos como Jabugo o Mamá Margarita.

El plan de movilidad que diseñe el Ayuntamiento de Sevilla mientras que se ejecutan estos trabajos será clave para evitar un caos de tráfico en la zona. En primer lugar, porque se trata de una calle que permite evacuar una gran parte de la circulación de vehículos que se dirigen desde los alrededores de la avenida de Miraflores, la Carretera de Carmona y la calle Arroyo hacia el entorno de Kansas City. Por otro lado, porque se trata de una vía con una gran presencia de locales comerciales en las que es frecuente la carga y descarga de mercancías, por lo que este extremo también debe quedar garantizado. Finalmente, una de las principales patologías que sufre la calles es la presencia constante de la doble fila, que ahora desaparecerá con la ampliación de los acerados y la reducción de los dos carriles.