Sevilla está más sucia que nunca
La suciedad incrustada en el pavimento y la cochambre alrededor de los contenedores se perpetúan en Sevilla
Antonio Muñoz aseguró durante su toma de posesión que existía «margen de mejora», pero la situación sigue igual
Imagen tomada este domingo en la calle Feria, junto a la iglesia de Omnium Sanctorum
Antonio Muñoz enfila la celebración de sus seis primeros meses como alcalde de la «muy famosa y muy desconocida» ciudad de Sevilla , títulos que incorporó durante su etapa postrera como delegado de Turismo para promocionar y proyectar internacionalmente la marca Sevilla. ... Un lema al que muchos vecinos ya empiezan a incluirle el de «muy sucia» , como denuncia del innegable problema endémico que afecta a la capital y del que se comprometió a ponerle fin , dándole máxima prioridad durante su toma de posesión como nuevo regidor.
Ante la sorpresa y estupefacción de todos los presentes en el Salón Colón aquel 3 de enero, Antonio Muñoz enmendaba la plana a su antecesor, el ahora candidato socialista a la Junta de Andalucía, Juan Espadas , y reconocía que en Sevilla « existe margen de mejora » en materia de limpieza. Así, sólo un día después de empuñar el bastón de mando anunció su primera medida como alcalde: la creación de un área específica de limpieza que aseguraba no tratarse de «una cuestión de marketing». «Me comprometo a que los sevillanos notarán un cambio drástico sin que se desprenda de mis palabras que Lipasam funciona mal», señalaba Muñoz.
Los gestos y anuncios, tanto del alcalde como de su gobierno, han sido constantes desde entonces: una brigada antigrafitis , cambios en la gerencia de Lipasam , planes de choque contra la suciedad, renovación de los contenedores, unidad de barrios, nuevas máquinas de baldeo , contratación de personal... Pero la realidad dista mucho de esas promesas: el área específica no ha evitado que el orín desaparezca del día a día de las calles; así como la mugre incrustada , los grafitis de las fachadas y los restos de cochambre alrededor de los contenedores .
En materia de limpieza , hay dos Sevilla: la turística y la personal . El entorno monumental de la capital evidencia un constante esfuerzo de los efectivos de Lipasam, que difiere del empleado en los diferentes barrios de la capital, sin ninguna distinción entre ellos ( misma desidia en el Casco Antiguo que en Los Pajaritos, por citar a dos ). El baldeo es diario entre la Puerta de Jerez y la plaza de la Campana. Los fallos que se encuentran por el entorno de la Catedral son más achacables al incivismo que a la falta de atención : una bolsa de basura mal deposita y a deshora, contados grafitis y orines por baldear.
La imagen que se lleva el turismo (exprés) de Sevilla es aceptable. Pero no es oro todo lo que reluce. Si el recorrido avanza, por ejemplo, en dirección a la zona norte del Casco Antiguo , podrían encontrarse con una calle Puente y Pellón que hace las veces de frontera. A partir de ella se empieza a evidenciar un pavimento mugriento y pegajoso , el cruce hacia Don Alonso el Sabio es un baño de realidad, aunque no menos grave que la imagen ofrecida al alcanzar la plaza de la Encarnación , con un piso absolutamente oscurecido.
Atravesando en dirección a la Ancha de la Feria , la calle Misericordia es una amalgama nauseabunda de olores a aguas menores. Algunos de los usuarios del comedor social orinan allí. ¿Se puede achacar esta conducta a parte del incivismo activo? Sí, como ocurre en tantas otras ciudades. No es Sevilla más incívica que otras, pero posiblemente sí menos limpia . En zonas cuyo deterioro y nivel de suciedad es tan alto, no sólo vale con limpiar una vez en semana , en el mejor de los casos, sino que se antoja necesario hacerlo a diario.
348 calle de 4.500
El pasado lunes el Ayuntamiento de Sevilla, a través de Lipasam, informó que se habían realizado en dos semanas "baldeos intensivos a alta presión en 384 calles de 40 barrios ». Una acción forzosa ante el nivel de mugre y la solidificación en muchas calles del orín (humano y animal). Pero el problema está en el número de intervenciones y su recurrencia: casi 400 calles en 14 días. Sevilla capital ronda las 4.500 calles , por lo que todo hace pensar que cuando vuelva a tocarle el refregón a las ya actuadas será demasiado tarde para la sana y salubre convivencia de sus vecinos.
Aunque basta con dar un simple paseo por las calles capitalinas para comprobar la veracidad de esta información, también hay impactantes testimonios en redes sociales que muestran el nivel de suciedad que alcanza Sevilla. El número de perfiles creados en Twitter exclusivamente para denunciar esta desidia no deja de aumentar. Imágenes de papeleras rebosantes , contenedores inalcanzables – quienes rebuscan en ellos dejan en el exterior lo que no les interesa y las máquinas de recogida sólo vacían el interior del cubo— y fachadas ocultas por los grafitis.
Precisamente ésa fue una de las grandes medidas que tomó este área de limpieza tras su creación: la eliminación de grafitis . No habían pasado ni dos días desde su constitución cuando empezaron a aparecer unas pintadas de Lipasam que anunciaban la eliminación de otras pintadas. La surrealista medida fue muy criticada y desde entonces poco más se supo de esta brigada, excepto en Semana Santa , cuando se informó que tratarían de reducir la contaminación visual de los principales recorridos de las cofradías. El banco de pruebas de aquellas pintadas municipales fue en el entorno de la plaza de Montesión . Pasados casi seis meses desde aquello, todo vuelve a estar pintarrajeado.
La oposición ha sido muy dura con este problema de limpieza en la ciudad. Álvaro Pimentel , portavoz de Ciudadanos, ya advirtió tras la toma de posesión de Antonio Muñoz que su anuncio era puro «maquillaje» dentro de una « campaña de marketing ». José Luis Sanz , candidato del PP, ha venido denunciando durante los últimos meses esta desidia, culpando directamente al alcalde de Sevilla del « problema de insalubridad y mugre » de la ciudad.
En el otro extremo geográfico del Casco Antiguo de Sevilla se encuentra Tres Barrios-Amate , visitado por el Gran Poder durante su misión evangelizadora del pasado mes de octubre. Los vecinos percibían un esfuerzo de los servicios municipales por adecentar su entorno, hasta la fecha desconocido, aunque todos imaginaban que aquello duraría mientras el Señor estuviera . Ya lo advirtió en estas páginas el párroco de Los Pajaritos: « Lipasam viene todos los días, pero ni aún así es capaz de limpiar el barrio ». La fachada de la iglesia de la Blanca Paloma ya no es la misma que hace seis meses: los bancos vuelven a estar mugrientos, las fachadas pintadas y la plaza rebosante de litronas vacías y basura . Todo fue un espejismo.
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