A la segunda ronda de circunvalación de Sevilla le queda otra mitad pendiente

Actualmente, la SE-40 tiene cinco tramos operativos: el citado de Alcalá a Dos Hermanas, el de Alcalá-Alcalá (inaugurado en 2013), Alcalá de Guadaíra-La Rinconada (2011) y, por el suroeste, los de Espartinas-Almensilla (2018) y Almensilla-Coria del Río (2018). Por su parte, otros seis tramos están aún sin ejecutar, que son más de la mitad de esta carretera que lleva proyectada desde hace más de dos décadas.

El que tiene una tramitación más avanzada es el que ayer se adjudicó, entre Valencina y Salteras, mientras que el otro que completa el arco noroeste (Valencina-Espartinas), debería haber salido a licitación hace siete meses y aún no lo ha hecho.

Del arco norte hay hasta tres tramos que tienen sus proyectos desfasados por el retraso en su puesta en marcha, ya que se redactaron en 2010 y que requieren de una nueva tramitación, reestructuración y actualización técnica. El Gobierno central hasta entonces, no puede sacarlos a licitación y adjudicarlos antes de empezar las obras. Forman, en total, más de 20,7 kilómetros (Salteras-La Algaba, La Algaba-La Rinconada y La Rinconada-A-4).

La intención en 2022 era que el arco norte se abordara acompasado con la conversión de la SE-20 en vía urbana, así como la ejecución de la inversión prevista en el resto de los proyectos de la SE-40. La actualización de estos proyectos implicará, renovar el presupuesto de licitación de 2010, que alcanzaba los 295 millones de euros.

El Ministerio tenía previsto que los proyectos de construcción de estos tres tramos del arco norte se iniciasen entre 2023 y 2024 y las obras correspondientes entre 2026 y 2027, con el fin de que pudieran estar en servicio en 2030. De momento, llevan ya dos años de retraso.

Y, por último, el tramo más controvertido y costoso, que es el que cerrará la SE-40 al sur entre Coria del Río y Dos Hermanas cruzando el Guadalquivir con un puente de más de 70 metros de gálibo, aún está en fase de redacción del proyecto. El Gobierno se lo ha adjudicado a dedo a un ente propio, como es Ineco, que tiene que subcontratar más de la mitad del documento. Este encargo lo van a recurrir los ingenieros hasta las últimas consecuencias, por lo que es más que probable que se paralice. En el caso de que continúe sin alteración, son dos años de plazo de ejecución antes de salir a licitación y empezar las obras del vano central.