Portales turísticos denuncian el fraude en la compra de entradas que pueden afectar a monumentos como el Alcázar de Sevilla
Las pseudo páginas se posicionan por encima de las webs oficiales mediante la manipulación de algoritmos y sistemas de pujas publicitarias
Diversificar las rutas turísticas, una forma de rescatar el patrimonio en Sevilla
Una visita teatralizada en el Real Alcázar
España es el segundo país más visitado del mundo, en 2024 recibió 94 millones de turistas y Sevilla es la tercera ciudad más visitada del país, por detrás de Madrid y Barcelona. Esta popularidad pone precisamente a los monumentos en el blanco perfecto para ... ser víctimas de las páginas webs falsas, que perjudican tanto a las webs oficiales como a los visitantes. Mediante la manipulación de algoritmos se posicionan por encima de los portales de venta de entradas de los principales reclamos turísticos, haciendo que el turista puede ser engañado fácilmente.
«España cuenta con un patrimonio cultural único, que va desde la Sagrada Familia hasta la Alhambra de Granada, o el Alcázar de Sevilla. Estos iconos no solo atraen millones de visitantes, sino que representan nuestra historia y nuestra identidad colectiva. Si permitimos que páginas engañosas dominen los resultados de búsqueda, estamos poniendo en peligro tanto la experiencia del viajero como los recursos que sostienen la conservación de estos espacios, además de comprometer la reputación de los monumentos y de todo el destino en general», afirma Toni Bennasar, Regional Manager de GetYourGuide en España y Portugal.
El estudio de GetYourGuide con European Experience Alliance e iconomy, se ha centrado en la Sagrada Familia en Barcelona, el Museo Vang Gogh en Ámsterdam y el Duomo de Milán donde se ha demostrado que estas prácticas perjudican tanto a la reputación de los lugares como a la experiencia del visitante. Un riesgo que al sector turístico, como principal motor económico tanto en Sevilla como España, no le conviene correr.
En el caso del templo catalán los sitios web engañosos aprovechan la alta demanda, especialmente de la temporada de verano (marzo a octubre) presentándose falsamente como el proveedor oficial de entradas, incluso utilizando dominios como 'org'. Otros revenden entradas a precios significativamente más altos. En algunos casos, las agencias compran entradas al por mayor por adelantado, creando una escasez artificial que eleva aún más los precios. De hecho, tal y como pasa ya en otro tipo de eventos, generalmente conciertos y festivales, hay quienes llegan al monumento y para su sorpresa su entrada ha sido duplicada o directamente invalidadas. Esto se agrava cuando se requiere el reembolso forzado por inclemencias meteorológicos, servicios religiosos o cualquier cierre inesperado; ya que aunque desde la Sagrada Familia puedan reembolsar al revendedor el cliente no siempre ve devuelto el importe que pagó.
Antecedentes en el Alcázar
El propio Alcázar de Sevilla como ya publicó este periódico tuvo que cambiar el sistema de verificación de entradas. La Asociación de Guías Turísticos de Sevilla, Auits, denunció que había compañías que utilizaban «'bots' o software maliciosos» que bloqueaban las entradas cada 30 minutos, el tiempo que estas permanecen en el carrito de la compra hasta que se rellenan los datos, imposibilitando que otros interesados pudieran efectuar la compra. En ese tiempo se aprovechaba para introducir datos de identidad falsos que luego cambiaban mediante Photoshop, de este modo cuando muchos turistas llegaban a la entrada principal su identidad no se correspondía con la del ticket e incluso nombres de extranjeros que se repetían casi a diario. El monumento introdujo controles en la entrada como la comprobación del pasaporte y el escaneo del código digital en un mismo paso para evitar las falsificaciones. De hecho, fue el primer monumento andaluz en requerir que los pases fueran nominativos.
Fuentes municipales (es el Ayuntamiento quien gestiona el Real Alcázar) aseguran que el problema fue solucionado y en los últimos meses no han tenido que hacer frente a problemas de este índole. En el momento de las denuncias de Auits, el Alcázar mantuvo que se trabajaba en garantizar que hubiera intrusiones en la web, además de negar que nunca se hubieran producido «hackeos, bloqueos ni adquisiciones masivas de entradas».
El estudio realizado sobre las pseudo páginas hace un llamamiento tanto a reguladores como plataformas digitales para reforzar la aplicación del Reglamento de Mercados Digitales (DMA) y la Ley de Servicios Digitales (DSA), con el fin de garantizar transparencia, competencia leal y protección del consumidor. Garantizar que, independientemente del posicionamiento en Internet de estos sitios web, sean las páginas oficiales las que salgan en los primeros resultados de búsqueda.
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