En los despachos donde se celebran las mesas de adjudicación y apertura de plicas debería colgar un cuadro bien grande con el refrán: 'Lo barato es caro'. Y un calendario más grande para advertir que lo que se proyecta en 2022 costará mucho más en ... 2026. La obra de rehabilitación del Pabellón Real se ha encarecido un ochenta por ciento en tres años. El coste de materiales se ha disparado. Que se lo digan al Betis que ya no sabe cómo regatear la inflación del proyecto para el nuevo Villamarín, y a todos los que llevan años viendo pisos con la vista cansada a golpes de ladrillazos del IPC. Hay otras obras, como la del puente del Centenario, que también se encarecieron súbitamente; pero esa es otra historia sobrecogedora.
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