Iglesia en Sevilla
Manuel Jiménez Povedano, delegado diocesano de Pastoral Juvenil: «Necesitamos jóvenes al frente de los jóvenes, que sean líderes y acompañen al resto»
El responsable de la Pastoral Juvenil en la Archidiócesis de Sevilla asume el reto de consolidar estructuras para los jóvenes en la Iglesia
Manuel Jiménez Povedano, delegado diocesano de Pastoral Juvenil, ha coordinado todo el despliegue logístico de la peregrinación juvenil a Roma, pero sabe que eso no es lo más importante del viaje.
-¿Qué balance hace de los preparativos?
-Gracias a Dios, jóvenes tenemos, esto ... es Sevilla, para llenar 13 autobuses. Si algo hay que reclamar es que necesitamos jóvenes al frente de jóvenes, que se ocupen de los demás, líderes que quieran acompañar, que estén dispuestos a hacerlos crecer en la fe, que sean referentes, modelos… Si no tenemos cómo acompañarlos, todo se queda en una experiencia efímera. Y por otro lado, hemos conseguido que sea una peregrinación popular. Estamos satisfechos del precio que ha quedado, en la ayuda que hemos recibido, en el número de jóvenes que se van a poder permitir y también de la comprensión y la sensibilidad de la diócesis, que ha liberado recursos para que sea posible y ha dado un empujón muy grande ayudando a todos los peregrinos en una cuantía pequeñita y después apoyando mucho a familias numerosas o con varios miembros en la peregrinación o con circunstancias especiales.
-En qué sentido esta peregrinación bebe de la experiencia de la JMJ de Lisboa del año 2023, no sólo en el plano logístico sino en el plano pastoral?
-Se vive una cierta inercia porque fue una invitación explícita del Papa Francisco a reencontrarnos en dos años en Roma en el jubileo de los jóvenes. Y además venía siendo una inercia desde el año anterior, con la peregrinación europea a Santiago, todo ello ha venido revitalizando las pastorales juveniles en toda España después del Covid. Estas tres peregrinaciones le han dado impulso a este tipo de eventos.
-Y pastoralmente, ¿qué queda de estos grandes eventos?
-Se van consolidando estructuras diocesanas. Al final, no todos los grupos perseveran ni todos los miembros del grupo perseveran, pero sí hay pequeños núcleos que se han conformado a raíz de estas experiencias que empiezan a solicitar cosas que no son sólo experiencias de verano: arraigo en parroquias, acompañamiento, material de formación, encuentros durante el año, más calado en las propuestas ordinarias durante el curso… Necesitamos quien se ponga al frente, que asuma la responsabilidad de liderar un grupo.
-¿Qué frutos concretos busca la delegación de Pastoral Juvenil de la peregrinación?
-El primer fruto que hay que perseguir son los espirituales; siempre he repetido que, a pesar de que la logística sea muy parecida a la de la JMJ, esto es otra cosa. La llamada fundamental de este año es a vivir la gracia jubilar, ganar las indulgencias y aplicarlas. Y después, consolidar grupos que ya vienen funcionando y otros que tienen la oportunidad de conformarse ahora -haciendo piña durante el viaje- bajo el impulso del párroco para empezar a andar. Que tengan conciencia eclesial y diocesana, de que no están solos, de que peregrinan con su diócesis y con la Iglesia universal, con una mirada católica en el sentido etimológico.
-¿Qué itinerario han hecho para prepararse para esta peregrinación?
-Hemos tenido los 'Hope & Grace Dialogs' (diálogos de fe y esperanza) en los que hemos ido repasando los seis lugares de esperanza que cita la bula de convocación del jubileo. Nos hemos reunido en la sede y hemos ido avanzando en la formación.
Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras