Macron, que ha evitado durante su discurso en Sevilla ejemplificar sus críticas en algún gobierno en concreto, ve en esta guerra arancelaria «algo negativo para todos», con repercusiones especialmente negativas para los países con menos margen de maniobra económica o para la financiación de ayuda al desarrollo.
En este sentido, ha abogado por un nuevo marco en el que se refuerce la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se «reequilibren» las relaciones, potenciando por ejemplo las cadenas de valor en los países de desarrollo, para que los más ricos no vean en ellos sólo un mero escenario desde el que extraer recursos.
Macron, que ha llamado también a no construir «muros», sí ha aludido de manera directa a Estados Unidos a la hora de reconocer que su retirada del tablero global de fondos para el desarrollo representa un desafío, y ha lanzado una batería de potenciales medidas para recaudar nuevos impuestos en sectores que se benefician de la globalización, hacer un mejor uso de fondos públicos, promover una fiscalidad «responsable» o implicar a actores locales, entre otras.
El mandatario galo ha resaltado que la conferencia es «un ejemplo de esperanza para la paz y la estabilidad mundiales», ya que «de eso se trata cuando se habla de financiar el desarrollo», y ha agradecido la labor de la ONU y de España como anfitrión, con una alusión expresa a su «amigo» el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Por otra parte, el Rey Felipe VI ha mantenido un encuentro bilateral con el presidente Macron en la entrada del Palacio de Congresos y Exposiciones en la primera jornada de la IV Conferencia Internacional de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo, este lunes en Sevilla. Unos setenta jefes de Estado o de Gobierno se reúnen desde hoy y hasta el próximo jueves en este encuentro que aspira movilizar más recursos en cooperación y reafirmar el compromiso con el multilateralismo.
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