El Rey Felipe VI inaugura la Cumbre de la ONU: «Hagamos de la conferencia de Sevilla un nuevo hito en la agenda del desarrollo»
El monarca trasladó a las Naciones Unidas una triple propuesta: el impulso de la corresponsabilidad, la eficacia a la hora de tejer alianzas y el respeto al multilateralismo
El Rey habla al mundo desde Sevilla antes de la Cumbre de la ONU: «Millones de personas están atentas a esta conferencia»
Sevilla
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Iniciar sesiónHoras después de haberse dirigido pública y privadamente a todas las naciones presentes a través de sus jefes de Estado y de gobierno en la cena institucional celebrada en el Real Alcázar, el Rey Felipe VI ha vuelto a tomar la palabra ... en la inauguración oficial de la IV Conferencia de la Financiación para el Desarrollo, en la que el monarca ha querido darle primeramente la bienvenida a todos los países que concurren a la cita y a sus representantes en el Palacio de Congresos y Exposiciones Fibes y ha hecho nuevamente gala del multilateralismo, a cuyos términos se refirió en la pasada noche del domingo, y cuyo concepto ha vuelto a poner de relevancia este mismo lunes en la que ha arrojado tres ideas globales, con el fin de que el paso por la capital andaluza no sea en balde en aras de la prosperidad internacional.
Arrancaba su discurso el Rey Felipe VI haciendo referencia a Sevilla como anfitriona de la conferencia, a la que ayer ya le hizo un guiño con versos del menor de los Machado. «Esta ciudad abierta al mundo, que es Mediterráneo y es Atlántico, que es Europa y es Iberoamérica, les acoge con los brazos abiertos porque es consciente —como lo somos todos los españoles— de la trascendencia del mensaje que ha de salir de esta cumbre: un impulso renovado y vigoroso de la agenda de Desarrollo Sostenible. España está orgullosa de haber sido designada como país anfitrión, fruto de su trayectoria y compromiso creciente con el multilateralismo y la cooperación internacional en las ultimas cuatro décadas. Sevilla, la primera ciudad europea que acoge esta cumbre, sucede a Monterrey, Doha y Addis Abeba como punto de encuentro en torno a una pregunta esencial: cómo reforzar el marco de financiación para el desarrollo en un tiempo de enorme complejidad», advertía el monarca. «Les deseo que su voz se escuche alta y clara. Que salga de aquí una nueva hoja de ruta basada en lo concreto, en lo tangible, en lo realizable. Porque en estos tiempos no hay mejor argumento que la concreción, para llegar al conjunto de la comunidad internacional», manifestaba.
Hacía alusión seguidamente Felipe VI a todo lo que concierne a los lazos de la comunidad internacional y al deseo de trabajar juntos: «En un mundo en constante cambio, la cooperación sirve para construir el futuro de sus destinatarios; pero también un presente del que somos todos ─el conjunto de la comunidad internacional─ partícipes y responsables... Esta conferencia debe ser un éxito porque la cooperación internacional es una de las vigas maestras del mundo multilateral, la plasmación máxima de los valores que lo alientan, sobre todo en la actual coyuntura histórica, cuando muchas certezas se disuelven y muchos miedos e incertidumbres toman cuerpo». De ahí que el jefe del Estado a nivel nacional profundizase en tres ideas que desarrolló al detalle.
Tres frentes que abordar en Sevilla
En cuanto a la primera, Felipe VI ahondó en que «en un mundo en constante cambio, la cooperación sirve para construir el futuro de sus destinatarios; pero también un presente del que somos todos ─el conjunto de la comunidad internacional─ partícipes y responsables. Porque la realidad es una sola, no es posible fragmentarla, no funciona en compartimentos estancos. Y en este contexto la Agenda de Desarrollo Sostenible adoptada en 2015, a cinco años de la fecha que fijamos para su cumplimiento, mantiene una vigencia plena, porque los desafíos globales siguen sin admitir aplazamiento. Necesitan un nuevo impulso en nuestro esfuerzo colectivo. Y es el tiempo de dárselo, con convicción, con eficacia y con garantías de corresponsabilidad», indicaba.
Respecto a la segunda idea propuesta por el Rey, éste argumentó que el camino de esta ronda de intervenciones siempre será la eficacia: «En un tiempo en el que los desafíos son enormes y hay una evidente falta de financiación, la única respuesta posible es la eficacia. El lenguaje de la eficacia es el que ha de definir esta conferencia: el que estará presente en su documento de conclusiones ─en el compromiso de Sevilla─ fruto de un consenso que es, en sí mismo, un gran motivo de celebración. Y el que estará presente, también, en la Plataforma de Acción de Sevilla: una plataforma destinada a tejer alianzas y movilizar recursos en torno a los ODS. Su desempeño, su capacidad de generar círculos virtuosos, palancas de desarrollo y prosperidad, será la mejor defensa posible del multilateralismo», agregaba.
En la inauguración de la Cumbre de la ONU
«El lenguaje de la eficacia es el que ha de definir esta conferencia»
El Rey Felipe VI
La diplomacia multilateral, una carrera de resistencia
Para culminar, en su tercera idea, Felipe VI daba cuenta de que «el tránsito vertiginoso que estamos viviendo hacia una nueva geopolítica no puede ni debe desembocar en una enmienda a la totalidad al mundo del derecho, de la solidaridad, de la dignidad humana; del mundo que se contiene, entre otros textos, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Carta de las Naciones Unidas. Debemos estar muy vigilantes para que eso no suceda: pese a las dificultades, debemos persistir en el largo camino de la diplomacia multilateral. No porque creamos que sea siempre el más rápido o directo, ni porque nos neguemos a ver sus evidentes fallas, sino porque sabemos adónde han conducido otros caminos a lo largo de la historia. Las Naciones Unidas, sus organismos especializados y sus agencias, deben seguir ocupando un papel central, como cauce y estímulo de tantos procesos de diálogo y cooperación», insistía.
Y citaba para concluir el Rey de España a Dag Hammarsköld, secretario de las Naciones Unidas entre 1953 y 1961 y uno de los más preclaros diplomáticos destacados del siglo XX: «'La búsqueda de la paz y el progreso no puede terminar en pocos años ya sea con la victoria o la derrota. En la búsqueda de la paz y el progreso, con sus ensayos y sus errores, sus éxitos y sus fracasos, nunca podemos relajarnos y nunca podemos abandonar'. Persistamos en esa búsqueda. Hagamos de la Conferencia de Sevilla un nuevo hito en la agenda del desarrollo. Se lo debemos a la generación de nuestros padres y abuelos, y también a la de nuestros hijos y nietos. Y se lo debemos a todos aquellos que, en nuestro propio tiempo, carecen de la voz y la energía para clamar por un mundo mejor y más justo. Por ellos, por nosotros, el desarrollo sostenible es una causa que jamás debemos dar por perdida», resumía.
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