Primero fue la decisión de organizar el enlace sin ceñirse a las normas de las familias aristocráticas, y ahora ... sorprenden con su planteamiento para la luna de miel. Ni maletas urgentes ni destinos repetidos: la pareja prefiere esperar y disfrutar con calma de un viaje tan especial.
Una pausa antes del viaje
En lugar de embarcarse inmediatamente en la típica escapada tras la boda, Cayetano y Bárbara han decidido quedarse en Las Arroyuelas, la finca sevillana donde celebraron su enlace y donde el conde de Salvatierra reside desde hace años.
La pareja quiere recuperar la normalidad y retomar sus proyectos profesionales: en el caso de Bárbara, se habla de volver a su antiguo puesto o incluso emprender en solitario.
Será en torno a Navidad cuando el matrimonio comience su aventura. Y la elección del calendario no es casual: prefieren viajar al hemisferio sur para disfrutar del verano austral. Entre los destinos que barajan figuran el sudeste asiático, Australia o Nueva Zelanda. Lugares lejanos y vibrantes que ofrecen paisajes únicos y temperaturas agradables en esas fechas.
Kenia, el destino descartado
Aunque en un principio se contempló la opción de viajar a Kenia, el plan quedó aparcado. Allí, Cayetano posee una espectacular casa de tres plantas frente al Índico, un lugar cargado de recuerdos, pues fue donde pasó su luna de miel con Genoveva Casanova en 2005. Esa coincidencia ha pesado lo suficiente como para que los recién casados prefieran innovar.
No obstante, Bárbara ya conoce este paraíso africano: en 2017 viajó con Cayetano a esta propiedad para celebrar su primer aniversario como pareja, pocos meses después de haberse conocido en una fiesta en Marbella.
Así que su luna de miel no será un viaje improvisado, sino una experiencia única, marcada por la libertad de elegir cuándo y cómo disfrutar de su escapada más romántica.
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