José María Barrera: «Rodríguez Marín es un intelectual que está necesitado de revisión y actualización»

–Junto con Antonio Machado padre fue uno de los fundadores de la Sociedad de Folk-lore andaluz. Creo que aportó curiosísimas canciones populares que se hubieran perdido sin sus investigaciones.

–Así fue. Él es un amante de los cantes y coplas andaluzas populares. Conocía los refranes, las comparaciones y los fue estudiando y editando en numerosos volúmenes a lo largo de su vida.

–En Sevilla fue muy amigo de las tertulias. Participó con asiduidad en una llamada La Genuina que fue el embrión del actual Ateneo.

–Cierto. Y también participó en el Ateneo donde intervino como orador y fue miembro de la corporación y el decimocuarto presidente. En el libro que hemos editado se recoge en un capítulo su vinculación ateneísta.

–Pero sin dudas donde debió disfrutar muchísimo fue en la que se reunía en la casa palacio de duque de T´Serclaes, junto al marqués de Jerez de los Caballeros, Menéndez Pelayo, Luis Montoto…

–En esa tertulia se sirvió de la biblioteca magnífica que tenían los dos hermanos para elaborar sus propias ediciones, como fue, por ejemplo, «Flores de poetas ilustres», una antología barroca.

–Era una biblioteca notable, con romanceros y cancioneros de interés para un investigador folclorista como Rodríguez Marín…

-Evidentemente. Allí debió encontrar muchísimo material para el trabajo y el hecho de pertenecer a la tertulia amplió su mundo literario e intelectual. Asistía Menéndez y Pelayo que, pese a ser un año más joven que él, se convirtió en su maestro y mentor.

–Sentiría una enorme decepción cuando el duque y el marqués vendieron sus bibliotecas a Milton Huntington para su Hispanic Society.

-En una carta que le escribe a Menéndez Pelayo en 1902 denuncia la venta de los libros del marqués de Jerez de los Caballeros. Pero la pérdida de aquella biblioteca en Sevilla la compensó con su asistencia a la Biblioteca Nacional en Madrid que, con los años, la llegó a dirigir. Concretamente en 1916.

–Hay en Rodríguez Marín una faceta periodística muy importante ¿Qué tipo de periodismo hizo?

–En su juventud, fue un periodismo crítico con el poder, contra el abuso municipal, el abuso de los alcaldes de la época, contra el caciquismo. Y en su madurez hizo un periodismo de artículo de costumbre de corte realista. Tuvo una visión más conservadora.

–El ser muy combativo con el caciquismo y la mala gestión municipal le da una impronta muy actual, ¿no le parece?

-La verdad que sí. Hoy Rodríguez Marín tendría como actualidad muchos de sus temas que abordó en su juventud periodística, salvando las distancias históricas.

–Sus voces más críticas encuentran en su metodología positivista e historicista sus flancos más débiles. ¿Llevan razón?

–En parte, sí. Su espíritu positivista y decimonónico lastran un poco la visión juvenil de sátira, de crítica, de visión al sesgo que pierde y desaparece con los años en su trabajo periodístico.

–Hay una corriente cervantina que piensa que sus estudios e investigaciones están superados. ¿También lo cree usted?

–A Rodríguez Marín no se le puede exigir el rigor filológico de hoy, sino el que era vigente en su tiempo. Pero eso no desautoriza su estudio cervantino que hay que situarlo en el contexto de su tiempo…