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Las cuarenta horas más tristes de Sevilla

25 años sin alberto y ascen

La ciudad despertó sobrecogida el viernes 30 con la noticia del doble asesinato y canalizó su indignación en una multitudinaria manifestación en la tarde del sábado 31

Las cuarenta horas más tristes de Sevilla

EFE

abc

SEVILLA

27/01/2023
Actualizado 28/01/2023 a las 22:15h.

El atentado que acabó con la vida de Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García Ortiz enlutó las manecillas del reloj de la ciudad desde la amanecida del viernes 30, cuando ABC llegó a los quioscos con la sobrecogedora noticia que se había producido de madrugada, y la atardecida del sábado 31 cuando una multitudinaria manifestación recorrió el Centro hasta el Ayuntamiento.

Fueron unas cuarenta horas de rabia, de indignación, de dolor compartido que jamás se borrará de la memoria colectiva de la ciudad. Las horas más tristes en un recorrido que conecta Don Remondo, la calle donde los mataron; el Instituto Anatómico Forense donde les practicaron las autopsias; el Ayuntamiento donde se abrió la capilla ardiente en una jornada interminable; la Catedral donde se ofició el funeral con los cuerpos presentes; el cementerio donde se les dio sepultura; y la avenida de la Constitución por donde discurrió la protesta cívica de los sevillanos.

La sensación de incredulidad, por momentos la irrealidad de lo que se estaba viviendo, invadió a todos los presentes en aquellas horas terribles de los dos últimos días de enero de 1998.

La calle Don Remondo, acordonada por la policía en la madrugada del 30 de enero, mientras concluye la inspección ocular de la zona, la recogida de muestras y la limpieza del tramo de calle donde cayeron asesinados el concejal y su mujer ABC

Decenas de ciudadanos comenzaron a dejar flores en recuerdo de Alberto y Ascen en la calle Don Remondo, a la altura de Cardenal Sanz y Fores donde los tirotearon los terroristas ABC

En cuanto se supo que se le estaba practicando la autopsia a los cuerpos en el Instituto Anatómico Forense, estudiantes de la vecina Facultad de Medicina iniciaron una sentada con guantes de látex en las manos para apoyar el movimiento de Manos Blancas que había prendido medio año antes durante el secuestro de Miguel Ángel Blanco EFE

Durante toda la mañana, hubo manifestaciones y concentraciones de repulsa en la que los ciudadanos exhibían el ejemplar de ABC de aquel día en señal de duelo. Este periódico fue el único en los quioscos de Sevilla en relatar a sus lectores el terrible suceso de aquella madrugada del 30 de enero ABC

El féretro de Alberto Jiménez-Becerril entró en el Ayuntamiento, ya en la mañana del día 30, a hombros de sus compañeros de corporación municipal sin distinción de colores políticos: José Gallardo (PSOE) y Mariano Pérez de Ayala (PA) aparecen en primer plano; más atrás, Juan Ortega (PA), Antonio Rescalvo (IU), José Rodríguez de la Borbolla (PSOE) o Alejandro Rojas Marcos (PA) aguardan turno para cargarlo sobre los hombros ABC

La escalofriante escena de la llegada de los ataúdes conteniendo los cuerpos de ambos subiendo la escalera principal del Ayuntamiento de Sevilla en medio de un silencio sepulcral sobrecogedor sólo roto por sollozos. Los padres y hermanos de Ascen y los hermanos de Alberto también portaron a hombros los féretros camino de la capilla ardiente ABC

El momento más dramático en la capilla ardiente se vivió con el rezo de un padrenuestro por parte del arzobispo Carlos Amigo. Monseñor pidió misericordia para las almas del matrimonio y fortaleza para sus familiares. La alcaldesa, Soledad Becerril, no pudo reprimir entonces el llanto, desconsolada ABC

La capilla ardiente en el Salón Colón, el más noble de la planta alta de la casa consistorial, quedó abierta a las 14.03. La propia alcaldesa colocó la bandera de la ciudad cubriendo los féretros, velados por la Policía Local con uniforme de gala. Presidían la estancia el pendón de San Fernando -insignia de Sevilla del siglo XIII- y las banderas de España y Andalucía. El ministro de Trabajo, Javier Arenas, fue el primero en visitarla besando los féretros EFE

Un pleno extraordinario de la corporación municipal concedió la medalla de la ciudad a título póstumo al segundo teniente de alcalde (cuyo asiento quedó vacío con un ramo de flores ocupando su lugar) y su esposa. La alcaldesa razonó el acuerdo así: "Era un hombre de bien, cabal, y que no había hecho más que dedicar los mejores años de su vida a la ciudad [...] Es lo que nos han quitado: unos padres, unos hermanos, un concejal es lo que vamos a echar de menos" EFE

Se calcula que 50.000 personas pasaron por la capilla ardiente instalada en el Ayuntamiento aquella tarde del viernes 30 de enero. Luego, de forma espontánea, a las nueve de la noche, tuvo lugar una concentración a las puertas del edificio consistorial con participación de unas cinco mil personas que terminó en un aplauso de la concurrencia y de los políticos de todo signo en la Plaza Nueva EFE

El cortejo fúnebre con más de una decena de vehículos cargados con dos centenares de coronas de flores enfila la avenida de la Constitución camino de la Catedral. El Ayuntamiento de Ermua, de donde era concejal Miguel Ángel Blanco asesinado por ETA en julio, envió también una corona ABC

El funeral en el altar mayor de la Catedral se convirtió en un aldabonazo en las conciencias de la Iglesia vasca y española, máxime cuando el consejo presbiterial de Vizcaya había consejado pocos días antes que el obispo no oficiara funerales por víctimas de ETA. Monseñor Amigo -"no tengo que consultar con nadie", dijo cuando se le preguntó- pronunció una sentida homilía en la que, sin dejar de lado la reconciliación y el perdón, abogaba por la justicia y la paz EFE

"Pedimos a Dios que cese la violencia, no queremos que haya odios, ni deseos injustos de venganza, pero ni comprendemos ni queremos admitir que la muerte, la extorsión, el secuestro, la intimidación, el miedo, el terror, la violencia y la injusticia sean solución para nada", dijo a las claras el arzobispo, en la imagen despidiendo los féretros a la salida de la Catedral ABC

La concentración de dignidades en el funeral la encabezaron los duques de Lugo, que se habían casado en el mismo altar mayor cinco años antes. El matrimonio Aznar, los presidentes de ambas cámaras Federico Trillo y Juan Ignacio Barrero y hasta ocho ministros con el de Interior, Jaime Mayor Oreja, a la cabeza ABC

Teresa Barrio, la madre del concejal Alberto Jiménez-Becerril, fue la viva imagen del dolor aquellos días. En la imagen, tras el coche fúnebre con los restos de su hijo, del brazo de su otro vástago, Francisco EFE

Sevilla vivió el sábado 31 por la tarde una de las manifestaciones más numerosas en repulsa por el doble asesinato. La Policía Local calculó que unas 380.000 personas se habían echado a la calle, desde la Pasarela hasta la Plaza Nueva, bajo el lema "Andalucía por la paz y la democracia" que se utilizó como eslogan EFE

Una imagen nocturna de la cabecera de la manifestación avanzando por la avenida de la Constitución con la Giralda iluminada al fondo. En el Ayuntamiento, la alcaldesa Soledad Becerril leyó una declaración en la que afirmó, entre otras cosas, que "quienes solo saben disparar por la espalda no van a atemorizar a un pueblo fuerte como el nuestro, a una ciudad acogedora y de paz como Sevilla" ABC

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