Crónica negra en Sevilla: 2023, un año violento que deja casi media docena de crímenes sin resolver
Los delitos de sangre crecieron hasta septiembre un 40% con casos como el doble asesinato de Osuna o el hombre que dejaron muerto en el aparcamiento del hospital de Valme
Sevilla
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Iniciar sesiónEl año 2023 está a punto de decir adiós, dejando atrás un macha aún más negra en la crónica de Sevilla y su provincia. Ha sido un año especialmente violento como demuestra la propia estadística oficial del Ministerio del Interior que hasta ... el mes de septiembre contabilizaba un incremento de más del 40% en los delitos de sangre que son los que causan más alarma social por razones evidentes. Entre enero y septiembre se contabilizaron 14 homicidios y asesinatos consumados, frente a la decena de 2022; cinco de estas muertes violentas se registraron en la capital.
Además de ser un año marcado por la peor crónica negra posible; también está a punto de cerrarse con casi media docena de casos sin resolver. Investigaciones que no han llegado a ninguna conclusión policial o de la que ni siquiera se han realizado detenciones de sospechosos. Las reyertas por asunto de drogas o los ajustes de cuentas parecen estar detrás de la mayoría de los asuntos que acabaron con muertos, a excepción de los tres casos de violencia machista que hasta este pasado día de Navidad -aún quedan seis días hasta fin de año- se sucedieron en la provincia sevillana.
En el capítulo de violencia machista sí se ha producido una mejora leve en cuanto a las cifras de mortalidad con respecto a 2022, cuando cuatro mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. En este 2023 han sido tres las víctimas. El perfil de estas mujeres sigue siendo preocupante porque en ninguno de los tres casos que se han sucedido en este año, ellas habían denunciado a los hombres que terminarían acabando con sus vidas. El sistema de protección sigue sin llegar a muchas mujeres especialmente vulnerables.
Víctimas de la violencia machista sin denunciar
En febrero moría la primera de las tres víctimas de violencia machista. Se llamaba Elia, vivía en El Rubio y no había alcanzado los 18 años. Su novio le disparó con un arma de fabricación casera en la cabeza a quemarropa. El agresor aseguró que había sido un disparo accidental, pero no convenció ni a los investigadores ni el juez que lo envió a prisión.
Las otras dos víctimas mortales de esta lacra social eran mujeres inmigrantes. Vanessa era nicaragüense y fue asesinada a golpes por su marido que se negaba a romper la relación tal y como ella le había comunicado. La joven, de sólo 22 años, fue agredida mortalmente en julio en su casa de Utrera.
En septiembre era asesinada la tercera mujer en el barrio capitalino de la Macarena. Maricel, de origen filipino, fue asesinada por su pareja sentimental quien admitió los hechos pero trató de escudarse asegurando que estaba muy borracho. Degolló a su mujer antes de echarse a dormir.
Todos los casos de violencia machista se han resuelto con la detención de los agresores, algo que no ha ocurrido con otros asesinatos que están pendiente de resolverse. Casi media docena siguen siendo asuntos muy vivos policialmente.
En febrero, un vecino de la céntrica calle José Gestoso aparecía muerto en su vivienda. El cadáver fue localizado después de que los responsables del local comercial que había en el bajo del edificio alertaran del fuerte olor que había inundado la finca. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional rastreó en busca de imágenes que dieran con un posible sospechoso en las cámaras de seguridad de los establecimientos de la calle. Pero el cuerpo había sido localizado semanas después del crimen y las grabaciones que habían podido captar algo, ya habían sido borradas.
En septiembre, el cuerpo de un individuo fue arrojado desde un vehículo en marcha en el hospital de Valme. Cuando llegaron las primeras asistencias sólo pudieron constatar que esa persona ya estaba en parada cardiorrespiratoria. No pudieron hacer nada por salvarle la vida. El delegado de Gobierno, Pedro Fernández, tildó días después lo ocurrido de «caso extraño». Y como esa investigación, casi media docena que en el último año no han tenido respuesta por ahora.
Uno de los crímenes más llamativos fue el del doble asesinato de un matrimonio de Osuna. Sus cuerpos fueron encontrados en pleno mes de agosto en su vivienda de la calle Mancilla después de que sus familiares llevaran días sin recibir respuesta. La rumorología se apoderó del caso, pero lo cierto es que a día de hoy sólo está confirmado que los restos mortales de ella y de él presentaban signos de tortura.
Esta investigación la lleva la Guardia Civil como la del asesinato de un individuo que apareció calcinado en el interior de una vivienda abandonada de Utrera el pasado mes de mayo. Al rescatar los bomberos el cuerpo, los investigadores constataron que la víctima no había perecido a causa del fuego. Tenía dos impactos en el pecho. Otro misterio por resolver.
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