«Un 20% de los casos de cáncer están asociados a una depresión, y la gran mayoría de ellos ni se detectan»

«Es un tema silente y que la gente no mira. Un 20% de los casos de cáncer están asociados a una depresión. De ese 20% de depresiones no detectadas solamente el 7% de los pacientes llega a tener un contacto con salud mental. Es decir, la gran mayoría de todos estos casos son depresiones que nunca se detectan y, por ende, nunca se tratan», explica el doctor Crespo. Lo habitual en los casos en los que a un paciente se le diagnostica cáncer es que se le ofrezca un apoyo emocional a la persona para el afrontamiento de la mala noticia, pero no se atiende después a otras cuestiones que están vinculadas estrechamente con cuadros de ansiedad o depresión.

Durante la charla moderada por el doctor Juan Antonio Virizuela, se puso sobre la mesa una realidad latente: «hay determinados cánceres que tienen más riesgo de depresión y, al mismo tiempo, la depresión en sí misma produce o aumenta el riesgo de cáncer». La sesión está enmarcada en el ciclo 'Estilo de vida y cáncer', una definición que encaja con cómo la depresión influye no sólo en el tratamiento del cáncer, ya que el paciente pierde relaciones sociales, con sus familiares, cae en el aislamiento… Un cambio en el estilo y calidad de vida que se acaba notando también en la patología que sufre.

La conexión entre episodios de depresión y el cáncer es bidireccional, tal y como explica el doctor Benedicto Crespo. «Una de las direcciones, la que más presencia tiene, es que las alteraciones inflamatorias asociadas al cáncer impactan sobre el sistema inmune y ese sistema inmune atraviesa barreras hasta llegar al cerebro, que produce unos cambios que provocan la aparición de la depresión. Pero existe el lado contrario, es decir, la existencia de cáncer en personas con depresión es mayor que en la población normal», asevera. Todo esto tiene un puente común, que es el sistema inmunológico, que se ve alterado tanto cuando se sufre cáncer como en estados de depresión.

Para ilustrar la conexión que puede haber entre la neurobiología y la oncología, el doctor Crespo apunta un ejemplo para ilustrar esta afirmación. «Hay una anorexia que está justificada y fundamentada en los procesos oncológicos y todo lo que supone el cambio hormonal en este caso; pero también hay una anorexia asociada a cuadros depresivos. Entonces, en determinados pacientes, cuando das un tratamiento antidepresivo produce un aumento de peso asociado a que la pérdida de peso no era basal, fundamentalmente asociada al cáncer, sino que era pérdida de peso asociada al cuadro depresivo», argumenta.

Y es que al final todo trata de la complementación de distintas especialidades, de lo que los profesionales médicos llaman equipos multidisciplinares. «El oncólogo debería tener a algún profesional de la psiquiatría que pudiera detectar y tratar este tipo de problemas», sentencia el ponente principal de la charla. El Profesor Crespo Facorro es autor de 477 artículos científicos, con 231 publicaciones como autor principal, y se sitúa en la posición 346 del ranking de investigadores nacionales del CSIC, por lo que tiene la autoridad académica e investigadora suficiente para señalar que «una de las grandes defensas es la psiquiatría más allá de la psiquiatría. Es decir, no es un problema de los oncólogos solamente, es un problema del sistema, el psiquiatra reivindica que ese 20%, que no es poco, de pacientes con cáncer, deberían tener una consulta y tratamiento psiquiátrico y eso es un tema que está ahí y al que la sociedad no le está prestando atención».