La dilatada historia del ficus de San Jacinto llega a su capítulo final. Operarios del Ayuntamiento de Sevilla han procedido en la mañana de este jueves 7 de agosto a la tala de los restos del árbol, cuyo parte de defunción se firmó ... hace casi un año, cuando en septiembre de 2024 un informe municipal certificaba su «colapso final».
A eso de las ocho de la mañana han comenzado las labores para retirar lo que aún quedaba del centenario ficus que tantos bandazos ha protagonizado en sus últimos meses de vida, con momentos clave como el intento frustrado de tala en las mismas fechas de 2022 promovido por el párroco de San Jacinto. El árbol se erigía en el atrio de la iglesia, argumentando el peligro de los desprendimientos de sus grandes ramas para los feligreses y de sus extensas raíces para la integridad arquitectónica del templo dominico.
También protagonizó desencuentros políticos variados e incluso manifestaciones en contra de la tala por parte de la Plataforma de Defensa del Ficus de San Jacinto, que defendían su valor patrimonial y paisajístico como parte de la identidad de Triana.
Con el árbol clínicamente muerto, el Consistorio, a través de la delegada de Parques y Jardines, Evelia Rincón, señaló cuando finalizó la prórroga de seis meses concedida por el Pleno municipal en caso de que hubiera una última esperanza para recuperarlo -cosa que no ocurrió- que el tronco no podía continuar más tiempo allí «podrido». La tala completa era cuestión de tiempo, aunque no se daba un plazo fijo para la misma, que ha acabado produciéndose ahora. En su lugar, se planeaba instalar una escultura a modo de homenaje.
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