Episodios locales

El muy aplaudido derribo de la antigua cárcel del Pópulo

Hace 90 años, el alcalde Isacio Contreras, piqueta en mano, inauguró la demolición de la vieja cárcel del Pópulo, que antes había sido convento, entre el regocijo generalizado de la concurrencia

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Despertar de golpe y porrazo

La cárcel del Pópulo, antiguo convento agustino e inspiradora de 'Soleá dame la mano'

El alcalde, de punta en blanco y botines veraniegos, aferró el mango de la piqueta y golpeó decidido una de las columnas del patio central hasta descarnar el revoco de cal de las paredes. Así, rodeado de caliches, Isacio Contreras inauguró a las ... once de la mañana del viernes 13 de septiembre el derribo de la cárcel del Pópulo, un proyecto largamente acariciado que finalmente se llevaba a la práctica tras la construcción de la nueva cárcel de Ranilla en 1933.

El presidio había sido, hasta la exclaustración de los agustinos recoletos de 1835, convento de Nuestra Señora del Pópulo, advocación inspirada en el icono de la Virgen Salus Populi Romani que se conserva en la basílica de Santa María la Mayor de Roma. Hoy, el azulejo que presidía la fachada con otros lienzos cerámicos está en el patio de los Bojes del museo de Bellas Artes. Fue de lo poco que se salvó del derribo.

La rejería de la antigua cárcel real, en especial la llamada de Cervantes según la tradición legendaria, se trasladaron al museo arqueológico municipa. Y la lápida de mármol con la leyenda 'Odia el delito y compadece al delincuente', el lema que inspiraba la entrada en los penales españoles del siglo XIX, también se llevó al museo, por decisión del alcalde.

Azulejo de la Virgen

La cerámica de su fachada se conserva en el patio de los Bojes del Museo de Bellas Artes

Fue un gran día el del derribo del viejo caserón del Arenal, en el solar donde hoy se alza el mercado municipal que lo sustituyó y cuya decadencia comercial es innegable. Pero en 1935, la ruina era física: los presos vivían entre ratas y otras plagas en cuartuchos infectos sin aireación ni luz y la salubridad de los internos hacinados estaba más que comprometida. En tales circunstancias, no es de extrañar que el público se concentrara en la puerta para presenciar el primer golpe de piqueta.

«En los alrededores del Pópulo se encontraban numerosas personas, que conocedoras del anunciado acontecimiento, deseaban presenciar los preliminares del derribo del ex convento», reseñaba ABC en su edición del día siguiente. Allí se enumeraba la comitiva de autoridades presentes en tan histórico suceso: además del alcalde, Isacio Contreras, el concejal Fernández Mensaque; el jefe del negociado de la Sección de Obras Públicas municipal, señor Ríos Sánchez; y el contratista Luciano Bosch Ibáñez, entre otros.

La sorna presidía el comentario que firmaba Simplicísimo en el recuadro 'Sevilla al día' de este periódico sobre el alcalde piquetero: «El edificio del Pópulo –y suprimimos los adjetivos porque tantos ha recibido el pobre que debe estar muy acharado– comenzó ayer a caer para no levantarse más. La piqueta demoledora se alza sobre sus muros en la esforzada mano del alcalde, el cual ha probado que es bueno saber de todo. Otros políticos andan por ahí que, si algún día vienen mal dadas, ni siquiera sabrán producir un poco de cascote». En noventa años, como es fácilmente deducible, la cosa ha ido a peor.

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