Andalucía: la cara y la cruz de un vuelco sociológico histórico

La inapelable victoria de Juanma Moreno -absorbiendo a Ciudadanos y captando a una parte del electorado socialista más centrado- tiñó de azul todo el mapa de Andalucía. Su primer mandato había sido fruto de carambolas muy diversas. En 2019 el inesperado alza de Vox se sumó al crecimiento de Ciudadanos (Cs), que captó a su vez parte del voto socialista desencantado (Juan Marín había apoyado la investidura de Susana Díaz). La suma de estas dos fuerzas emergentes permitió al PP aglutinar una mayoría para la legislatura, pese a haber cosechado su peor resultado histórico, gracias también a la desmovilización del PSOE (lastrado por la mala gestión y las peleas internas entre San Telmo y la calle Ferraz). Tras un mandato marcado por la gestión de una inesperada pandemia, los comicios de 2022 han servido para consolidar de manera rotunda el cambio de rumbo político. El año termina con los populares mandando en las encuestas, el desfondamiento del PSOE... Y la confirmación de la entrada inminente en prisión de seis exaltos cargos del Ejecutivo autonómico de la era socialista.

Juanma Moreno se ha convertido en una referencia del PP en toda España y el Gobierno de España ha actuado en consecuencia. En los últimos meses el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha actuado como fuerza de oposición de las política de la Junta, como ha demostrado con la contrarreforma fiscal para evitar que en Andalucía se bonifique el impuesto de Patrimonio, o con el recurso al Constitucional para tumbar medidas como la revisión de precios para la obra pública para combatir los efectos de la inflación.

Al margen de la política, la sociedad en general ha vivido un año de recomposición tras los estragos del Covid. En primer lugar, en el plano sanitario, donde la situación vive luces y sombras. Aunque el fin de la pandemia ha permitido la normalización parcial de los hospitales, los centros de salud están ahora están aquejados por el estrés que implica atender todas las operaciones que se han pospuesto en tiempos de emergencia (lo que ha propiciado, a su vez, que crezcan las listas de espera). La actividad normal no se ha recuperado plenamente, y en el otoño e inverno han existido momentos de saturación por lo que algunos denominan la 'tripledemia', la conjunción de gripe, covid y bronquiolitis, que han elevado las tasas de hospitalización.

Hay otros aspectos en los que la región ha atravesado un año con cara y cruz. En el plano más positivo, en los últimos doce meses se ha vivido, al fin, la auténtica vuelta a la normalidad para sectores como el turismo y la restauración. En una comunidad que atesora una primavera plagada de fiestas populares, se ha vivido el regreso masivo a la devoción popular de la Semana Santa y peregrinaciones como la del Rocío o la Virgen de la Cabeza. Todas ellas han tenido este año el calificativo de 'histórico' por la ingente afluencia de un público que ha estado a la espera durante dos años. Y en sintonía con este anhelo por volver a disfrutar, también ha sido el tiempo en el que se han recuperado los niveles de ocupación hotelera de 2019, con la llegada masiva de extranejeros a ciudades y costas andaluzas, y la recuperación casi total del tráfico en los aeropuertos. La vida ha recuperado su tono en las ciudades de la comunidad.

El contrapunto negativo ha sido la sequía, aliviada solo parcialmente con las lluvias de diciembre, pero que mantiene a los pantanos andaluces por debajo del 30% y se cierne todavía como la mayor amenaza para la viabilidad de amplias zonas agrarias de Andalucía. Tras el verano los embalses contaban una media de apenas el 22,9% de su capacidad total de almacenamiento y los expertos señalaron que habían saltado todas las alarmas. La falta de agua se configura así como un problema estructural y se requiere cinco veces más lluvia de la caída en las últimas semanas para regresar a la normalidad. Han sido meses en los que se ha evidenciado el déficit de inversión en infraestructuras hídricas que aqueja a la región.

En el apartado judicial, se despide un año en el que se ha asistido a los primeros macrojuicios contra los grandes clanes que han controlado el narcotráfico en el Estrecho en la última década. El juicio más mediático ha sido contra el clan de 'Los Castañas' en Algeciras, acusados de pertenencia a banda criminal dedicada al tráfico de drogas, y que supuso una enorme frustración para los cuerpos policiales: la sentencia de noventa folios no encontró nexo de causalidad entre los hechos y los encausados. En su día, la Guardia Civil intervino dos alijos de hachís y aportó escuchas telefónicas que consideraron pruebas de investigación suficientes. Pese a todo, la presión policial y judicial ha tenido su efecto en la zona, y la actividad se ha dispersado hacia otras áreas (como el Bajo Guadalquivir).

Los últimos meses han sido decisivos para impulsar la candidatura de Málaga como sede de la futura Expo del 27. La capital de la Costa del Sol ha defendido sus opciones frente a las ciudades de Phuket (Tailandia), San Carlos de Bariloche (Argentina), Belgrado (Serbia) y Bloomington (EEUU). El primer trimestre del próximo año será decisivo para conocer el desenlace final, en el que la ciudad andalza tiene altas posibilidades.

Y se llega a su fin el año en el que Andalucía ha despedido a Javier Imbroda, consejero de Cultura y Deporte, y uno de los entrenadores españoles de baloncesto más notables de la historia de este deporte (tanto al frente del Unicaja como de la selección española). También falleció uno de los líderes sociales que más empuje ha tenido en Andalucía desde fuera de la política, como fue el doctor Jesús Candel (Spiriman), que lideró en los tiempos de Susana Díaz las mayores movilizaciones para protestar por la situación de la sanidad. Y se fue un genio del periodismo, Jesús Quintero, el Loco de la Colina, el onubense bohemio que descubrió el alma de personajes notables y anónimos de Andalucía.