Aumenta un 18 por ciento el número de menores que maltratan a sus padres

De hecho la propia fiscal recuerda que el aumento de ese fenómeno es algo constatado por el Defensor del Pueblo desde 2007 y que, concretamente, ese incremento puede cuantificarse en un 60 por ciento en los últimos ocho años.

Normalmente la principal destinataria de esa violencia es la madre, ya que el 78 por ciento de estas agresiones son sufridas por ellas. Y Sevilla no se ha escapado a ese repunte, puesto que entre 2013 y 2014 se produjo un aumento del 17,90 por ciento en los casos de este tipo. La cifra supone que reciben más de una denuncia de este tipo al día. Y el 15 por ciento de las familias españolas están en riesgo de derivar en violencia física de los menores hacia los progenitores.

Esas cifras podrían ser peores ya que, según admite la propia fiscal, a sus manos solo llega una parte puesto que las familias no siempre se deciden a denunciar. Los padres suelen acudir a los tribunales solo cuando la situación de malos tratos ya es muy preocupante y, sobre todo, muy prolongada. Hay aún muchos casos que siguen sin denunciarse.

Normalmente, los protagonistas de esas agresiones suelen ser niños de 14 a 18 años. Aunque hay menos niñas, estas conductas también están aumentando entre ellas. No hay un perfil social, ya que se da en familias de todas las clases. Sin embargo sí que existe un perfil psicológico. Se trata de un niño egocéntrico, muchas veces con problemas de fracaso escolar, que no tiene facilidad para relacionarse con el resto de sus compañeros y que no es capaz de acatar las normas.

La fiscal de Menores relata que normalmente todo empieza por la desobediencia, ya que son adolescentes que no captan las normas y que no son capaces de obedecer. Luego empiezan los insultos y las amenazas a sus progenitores. El siguiente paso suele ser emprenderla a golpes con el mobiliario de la casa. Y el último escalón es la agresión, que también suele ir «in crescendo».

Empiezan por empujones y luego llegan las patadas, el agarrón por el cuello o los golpes. Vázquez insiste en que se trata de agresiones importantes. «Cuando una madre viene a denunciar no es por un empujón», asegura insistiendo en que los casos que les llegan son por puñetazos o golpes fuertes.

En cuanto al hecho de que sean las madres las más castigadas, hay una clara explicación: «Normalmente los niños todavía siguen teniendo más respeto por los padres y las normas que les imponen». En cualquier caso también aumentan las víctimas entre padres, madres y abuelos.