Dos nuevas terapias prometedoras para el Huntington
Dos estudios publicados en Neuron y The Journal of Huntington Disease parecen ofrecer buenos resultados para el tratamiento de la enfermedad de Huntington, un trastorno genético, neurodegenerativo y progresivo que afecta el movimiento, el comportamiento y la capacidad cognitiva.
Ernesto Ortega
De acuerdo con el trabajo publicado en The Journal of Huntington Disease , la coenzima Q10 (CoQ) parece ser un prometedor tratamiento para la enfermedad de Huntington ya que, reduce el daño oxidativo, lo que podría ralentizar la progresión de esta patología neurológica. ... El hallazgo, también apunta a un nuevo biomarcador que podría ser utilizado para examinar los tratamientos experimentales de este y otros trastornos neurológicos.
«El estudio apoya la hipótesis de que la conezima Q10 posee efectos antioxidantes en pacientes con enfermedad de Huntington y por lo tanto, es un tratamiento que garantiza que se sigue investigando en esta campo», señala Kevin M. Biglan, de la Universidad de Rochester (EE.UU.) Además, subraya, igual de importante es el hecho de que nos ha proporcionado un nuevo método para evaluar la eficacia de nuevos tratamientos .
Aunque las causas precisas y mecanismos de la enfermedad no se conocen completamente, los científicos creen que uno de los detonantes importantes de la enfermedad genética es un « tartamudeo », que producen unos depósitos anómalos de proteínas en las células cerebrales. Se cree que estos depósitos tienen inhiben la capacidad de la célula para cumplir con sus demandas de energía, lo que produce estrés oxidativo y, en última instancia, la muerte celular.
Biomarcador de la enfermedad
Los científicos ya habían identificado la correlación entre un fragmento específico del código genético, llamado 8-hidroxi-2'-desoxiguanosina (80HdG) y la presencia de estrés oxidativo en las células del cerebro. Este fragmento se puede detectar en la sangre de una persona, lo que significa que podría servir como un biomarcador de la enfermedad .
Los investigadores también han estado evaluando la coenzima Q10 como un posible tratamiento. Así, analizaron una serie de muestras de sangre de 20 individuos con Huntington, que se habían sometido a tratamiento previo con coenzima Q10. Aunque estos estudios demostraron que la CoQ aliviar algunos síntomas de la enfermedad, no se sabe el impacto que tuvo el tratamiento a nivel molecular en el cerebro. Tras el análisis, los autores encontraron que los niveles de 80HdG había disminuído en un 20 por ciento de las personas que habían sido tratadas con coenzima Q10.
«Desde hace años se trabaja en la identificación de tratamientos que retrasen la progresión o la aparición de la enfermedad de Huntington; además, este estudio demuestra que 80HdG podría ser un marcador ideal para identificar el daño oxidativo y si el tratamiento teniendo algún impacto».
Terapia antisentido
El estudio que publica Neuron se centra en la estrategia de silenciamiento de genes que, según el trabajo, puede revertir los síntomas principales asociados con la enfermedad de Huntington. La terapia, a corto plazo, produce beneficios sostenidos en modelos de ratón y primates de esta enfermedad neurodegenerativa, que actualmente carece de un tratamiento eficaz. «Nuestro enfoque es viable para el desarrollo de una terapia para la enfermedad de Huntington en humanos», afirma el autor principal del estudio, Don Cleveland, de la Universidad de California en San Diego.
La enfermedad de Huntington es una enfermedad mortal, caracterizada por movimientos involuntarios de las extremidades, y alteraciones cognitivas y psiquiátricas. Surge a partir de mutaciones en el gen de la huntingtina, que provoca que fragmentos de proteínas tóxicas se acumulen en el cerebro. Anteriores esfuerzos preclínicos para bloquear la producción de la proteína huntingtina mutada no han conseguido resultados, ya que se han dirigido solo a una pequeña porción del cerebro. «Debido a que el gen de la huntingtina se expresa ampliamente, es probable que se requiera apuntar a múltiples regiones del cerebro para lograr un tratamiento efectivo», añade Cleveland.
En el estudio, Cleveland y su equipo redujeron los niveles de huntingtina mutada en todas las regiones del cerebro, en varios modelos de ratón y primates no humanos, de la enfermedad de Huntington. Los científicos lograron una reducción duradera de los niveles de huntingtina, a través de una infusión de cadenas simples de ADN -llamadas oligonucleótidos antisentido- que se unen de forma selectiva a las moléculas, degradando aquellas que contienen instrucciones para crear la proteína mutante. El rendimiento motor de los animales tratados comenzó a mejorar en el plazo de 1 mes, y llegó a normalizarse al cabo de 2 meses.
Los beneficios duraron 9 meses después del tratamiento. «Este descubrimiento tiene implicaciones para el desarrollo de nuevas terapias para cualquier enfermedad neurodegenerativa que se desarrolle a partir de una exposición prolongada a una proteína mutante», afirma Cleveland.
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