Hasta el 10% de los trasplantes capilares fracasan por un mal diagnóstico dermatológico previo
El especialista en injertos de pelo, Eduardo López Bran, destaca la importancia de contar con las mejores técnicas de imagen y profesionales para interpretar correctamente una lesión del cuero cabelludo
Joaquín Soto Medina
La calvicie común o alopecia androgenética es la forma más común de pérdida de cabello en el hombre. Sin embargo, no es ni mucho menos la única. Existen actualmente hasta 150 tipos de alopecia o pérdidas de pelo que requieren de ... diferentes formas de tratamiento. De tal forma que en un mismo paciente pueden coexistir distintos tipos de calvicie donde es necesario tanto un tratamiento médico como uno quirúrgico. Esto es, un trasplante capilar . La complejidad de este problema hace que se necesite de la mejor tecnología y de los profesionales más experimentados para una correcta evaluación clínica del paciente. Y no siempre se consigue.
Así, una reciente publicación de la revista de la Academia Americana de Dermatología ( JAAD ) indica que entre el 5 y el 10% de las cirugías de trasplante capilar fracasan por culpa de un mal diagnóstico dermatológico previo.
La alopecia androgenética afecta al 30% de los hombres de 30 años y su incidencia aumenta un 10% según avanzamos de década. El cabello de la cabeza no cumple una función vital, pero tiene una gran importancia psicológica. Según afirma el dermatólogo experto en trasplante capilar y director de la clínica Imema, Eduardo López Bran, el pelo es el atributo estético por excelencia. «Su cuidado conlleva una mejor imagen facial del paciente y, consecuentemente, una mejora en la percepción de su cara. Así como una mejor autoestima y confianza», explica.
El trasplante de pelo es uno de los tratamientos disponibles para solucionar la calvicie común. Como asevera el dermatólogo, en los últimos años ha habido un gran incremento de la demanda de este tipo de intervención quirúrgica. Y, ante esta demanda, ha crecido la oferta de centros que realizan esta técnica. Una técnica que actualmente ofrece resultados definitivos y totalmente naturales… si se hace bien . «Siempre y cuando se dé con el candidato idóneo para hacerlo, se haga por profesionales experimentados y con la tecnología más avanzada», afirma Eduardo López Bran.
Para lograr un correcto diagnóstico del paciente se hace uso de la tricoscopia . Una técnica no invasiva que permite evaluar las alteraciones del pelo y del cuero cabelludo, que no son visibles a simple vista. Como recuerda el dermatólogo, las imágenes obtenidas deben de ser interpretadas por un dermatólogo y tricólogo experimentado.
El problema es que esto no siempre sucede así. De tal que forma que, según informa el dermatólogo, en ocasiones se trasplanta pelo a pacientes con una alopecia androgenética que no existe . «Cuando en realidad tienen otros tipos de calvicie en las cuáles hay una alteración de la piel del cuero cabelludo», explica. Esto provoca que, cuando se lleva a cabo la siembra folicular (proceso en el que se extraen las unidades foliculares del área donante y se implantan en la zona receptora o calva) no haya crecimiento de ese pelo. El especialista lo ejemplifica de esta manera: «Si coges árboles de una finca llena de árboles, pero los trasplantas en una zona que no reúne las condiciones necesarias para su crecimiento. Aunque sean buenos, no van a poder crecer allí».
En relación con esto, la publicación de la revista de la Academia Americana de Dermatología (JAAD) apunta que hay un tipo de alopecia que se confunde muy frecuentemente con la alopecia androgenética. «Describe una calvicie de tipo cicatricial en la que la piel del cuero cabelludo estaría alterada y no tendrían las condiciones necesarias para que allí crezcan los folículos que hemos implantado», afirma Eduardo López Bran. Pese a esto, el dermatólogo puntualiza que, según la publicación, aún faltan estudios más amplios para saber con exactitud su nivel de incidencia.
El fracaso del trasplante capilar trae consigo consecuencias más allá del nulo crecimiento del pelo. Como la imposibilidad de una nueva intervención. «En este paciente no va a ser posible realizar nuevas cirugías porque ese terreno no se va a recuperar, es terreno quemado, cicatricial. Ya no se puede reimplantar en esa misma zona», detalla el dermatólogo. En caso de querer someterse a una operación de este tipo, Eduardo López Bran aconseja acudir siempre a un dermatólogo que goce de una amplia trayectoria personal. En un entorno clínico y seguro capaz de cubrir cualquier posible eventualidad y donde se lleve a cabo un adecuado seguimiento tras el trasplante.
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