El estigma de la epilepsia

Las personas que tienen epilepsia no poseen un bajo nivel intelectual y tampoco suelen sufrir ningún tipo de trastorno psicológico. Algunos personajes históricos, como

El estigma de la epilepsia

S. Gutiérrez

Las personas que tienen epilepsia no poseen un bajo nivel intelectual y tampoco suelen sufrir ningún tipo de trastorno psicológico. Algunos personajes históricos, como Isaac Newton o Julio César, eran epilépticos. Sin embargo, todavía hoy día, que se celebra el Día Nacional de la ... Epilepsia , las personas con epilepsia viven estigmatizadas teniendo, en muchas ocasiones, que ocultar su enfermedad.

Se calcula que entre 300.000 y 400.000 personas en España padecen algún tipo de epilepsia y se estima que cada año se detectan unos 20.000 casos nuevos, informa la Sociedad Española de Neurología (SEN). Además, alrededor de un 70 por ciento de los pacientes han conseguido frenar la aparición de la crisis hasta el punto de que, un número muy importante de ellos, consigue dejar la medicación transcurridos unos años.

Aunque la epilepsia es un trastorno mental que se conoce desde hace mucho tiempo, « sigue siendo un enigma », reconoce el director del Instituto de Neurociencias de Alicante, Juan Lerma. De hecho, hasta en el 70 por ciento de los casos no se conoce la causa que ha motivado su desarrollo . «Muchos pensamos que es una especie de queja del cerebro, pero tenemos que indagar más en lo que la motiva», según ha reconocido en una entrevista a Europa Press.

No es genética, apenas un 1 por ciento de los casos son hereditarios, y se sospecha que la enfermedad obedece a un desbalance entre la actividad excitadora y la inhibidora. «En el cerebro hay dos sistemas, uno acelerador y otro de freno, y en el balance de ambos el coche va bien pero, cuando hay una sobrexcitación o una bajada de señales inhibidoras, es cuando se da la epilepsia», señala Lerma.

Efectos secundarios De hecho, los tratamientos farmacológicos actualmente existentes van dirigidos hacia este sistema de freno o aceleración, con el inconveniente que estos sistemas funcionan para todo, por lo que «los efectos secundarios pueden son más grandes». Además, en un 20 por ciento de los casos estos tratamientos no resultan eficaces y los pacientes generan resistencias , lo que obliga a buscar nuevas terapias que, actualmente, pasan por la cirugía o la estimulación eléctrica, tanto con electrodos profundos como de forma intracraneal.

En este sentido, según un informe de la SEN, la epilepsia farmacorresistente supone una enorme carga para el paciente y su familia , ya que el 44 por ciento de ellos no trabaja por causa de la enfermedad y el 37,5 por ciento de las familias ven afectada su economía de una manera considerable. Además, el 32,9 por ciento de los enfermos farmacorresistentes necesitan un cuidador.

Cuando los tratamientos no son eficaces, en aquellos casos en los que sea posible, se puede recomendar la cirugía: consiste en la resección del foco epiléptico y, aunque funciona en gran parte de las ocasiones, hay que determinar muy bien la zona del foco a fin de que no afectar otras zonas cerebrales. También se puede recomendar la estimulación aunque, según Lerma, se trata de una vía terapéutica que «se está estudiando bastante» y es, ya que algunos de los dispositivos desarrollados permiten averiguar cuándo se va a producir un ataque y prevenirlo.

Son pequeños implantes, como una especie de marcapasos , con electrodos que llegan a determinadas zonas del tálamo, y cuando se produce la actividad cerebral, aplica estimulación eléctrica e inactiva esos núcleos sin que el paciente ni se entere. De momento, ha reconocido, sólo se utiliza en pacientes fármacorresistentes y con una frecuencia de ataques epilépticos muy alta que impide llevar una vida normal, ya que se trata de un tratamiento muy invasivo. «El problema de los electrodos implantados es que cualquier objeto introducido en el cerebro produce una reacción inflamatoria y una lesión», ha avanzado, si bien ha destacado que se está trabajando también en los materiales a emplear para que sean «lo más inocuos posible».

Falsos mitos Existen muchos «falsos mitos» asociados a cómo se debe actuar ante una crisis epiléptica. No se debe no « meter nada» en la boca del paciente; hay que dejar que se acabe la crisis , quitarle todos los objetos peligrosos que tenga alrededor en el caso en el que se haya desmayado y, en el momento en el que amaine la crisis -suele durar menos de dos minutos- acostarle de medio lado para evitar que le obstruyan las vías respiratorias.

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