Paga casi 5.000 euros por un vuelo de lujo y vuelve golpeada y magullada: «En realidad me sentí...»

Y es que ella vivió un viaje «de pesadilla» en el vuelo que cogió con Kalix, su bebé de nueve meses, entre las Islas Caimán e Indonesia. Tenía que realizar escalas en Londres y Hong Kong, donde su marido Djurre trabaja y se iba a sumar al viaje hasta su destino final. Como explica el británico 'Mirror', había unas 4.000 libras (unos 5.000 euros) por dos asientos en clase turista premium con British Airways y tener un vuelo de lujo.

El viaje ya era de por sí duro, porque era la primera vez en la que volvía a casa tras la reciente muerte de su padre, y Sari la recuerda como «la peor experiencia de mi vida» por cómo sucedió. Todo ello porque durante las cuatro conexiones que realizó fue encadenando un revés tras otro y en uno de los vuelos acabó golpeada y magullada.

Para empezar, Sari se encontró con que faltaba una reserva de asiento para su hijo, lo que le provocó un retraso de unas dos horas en las ventanillas de facturación. Se sintió especialmente indignada porque había pagado mucho por los billetes entre Caimán y Yakarta, las 4.000 libras, y recibió la ayuda justa para resolver la situación.

Ya dentro de los vuelos, Sari denuncia que la tripulación ignoró sus peticiones de ayuda con la luz en el pasillo y que el monitor de su sitio estaba defectuoso y le cayó encima de su pierna y tobillo en dos ocasiones, lo que le provocó numerosos hematomas, que algunos medios compartieron. El asiento, además, estaba roto y no se reclinaba y tampoco tenía un cargador USB. Ella también lamenta que apenas le ofrecieron agua.

«Cuando me quejé a uno de los miembros de la tripulación, su respuesta fue '¿por qué no le pide ayuda a su marido?'», rememora ella, recordando que, lejos de ser amables con ella, dieron por hecho de que el caballero que estaba sentado a su lado era su marido. Sari está convencida de que «si no hubiera sido por la ayuda de los amables desconocidos que estaban sentados más cerca de mí, habría tenido otra crisis nerviosa».

Una vez en Londres descubrió, además, que su billete final, entre Hong Kong y Yakarta con Cathay Pacific (compañía asociada con British Airways), había sido cancelado, por lo que el vuelo se retrasó todavía más. «Me sentí realmente horrorizada. Nunca en los años que llevo viajando me habían tratado tan mal», reconoce a 'Mirror', recordando que por su domicilio está acostumbrada a vuelos de larga distancia. Según ha trascendido, la aerolínea ha ofrecido disculpas por la situación y está trabajando para «arreglar las cosas» con ella.