Una española regresa de Australia y se sorprende con los precios del supermercado: «Es más caro de lo que yo esperaba»

En los últimos años, España ha sido testigo de una escalada continua en el precio de los productos básicos. La inflación ha ido golpeando poco a poco los bolsillos de las familias mientras los sueldos, en su mayoría, se han mantenido congelados. Esta subida progresiva, aunque evidente, no siempre impacta de golpe a quien la vive día a día. Pero basta con que alguien regrese al país tras un largo periodo en el extranjero para darse cuenta, de forma repentina, de cuánto ha cambiado todo. Ese es el caso de Henar Díaz, una joven española que ha vivido más de un año y medio en Australia y que, al volver a casa, ha querido descubrir si los precios de los productos de la compran han cambiado respecto a los que ella recordaba.

«Acabo de mudarme a España después de más de año y medio viviendo fuera, así que tengo los precios de la lista de la compra un poquito alterados», confiesa en el vídeo publicado en su cuenta de TikTok. Para poner a prueba su memoria y su percepción actual de los precios en España, la joven madrileña se propuso hacer un pequeño experimento: visitar un Mercadona y tratar de adivinar, producto a producto, cuánto cuesta cada cosa.

La primera apuesta de la creadora de contenido es para la barra de pan, uno de los productos más icónicos de la cesta básica española. Ella calcula que debería costar 45 céntimos. Sin embargo, al llegar al supermercado descubre que el precio real es de 50 céntimos. «Más de lo que pensaba», reconoce. Pequeñas diferencias que, sumadas, empiezan a notarse.

Luego se enfrenta a uno de los productos más consumidos en los hogares: las latas de atún. En Australia, comenta, se venden por unidades y no en paquetes. Aquí, al estimar el precio del paquete, lanza un pronóstico de cuatro euros, pero al ver el precio real, se lleva una sorpresa: 4,30 euros el pack en aceite de girasol, y añade: «Pero 4,30 el de girasol, sino serían 4,90».

Con el brick de leche, la madrileña cree que «se va a acercar bastante al euro», y apunta como cifra final 90 céntimos. Sin embargo, en el establecimiento descubre que cuesta 97 céntimos, casi lo que había pensado, pero confirma que la leche también ha subido.

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Por otro lado, llega el turno del salmón ahumado. Un producto el cual estima que cuesta unos cuatro euros, y al comprobarlo, se encuentra con que el precio es de 3,95 euros. Con el aceite de oliva virgen, un producto que ha sido noticia por su encarecimiento en los últimos meses, la joven no duda: «Cinco euros», dice. Y no se equivoca demasiado: 4,95 euros es el precio real. Un precio elevado pero que se mantiene dentro de lo que había previsto.

En cuanto a la bolsa de frutos rojos congelados, la influencer predice la cifra de dos euros y, al comprobar el precio, se lleva una grata sorpresa: 1,66 euros la bolsa del mix. El café en cápsulas, otro producto habitual para muchos hogares, también está dentro de lo previsto. La creadora de contenido estima cuatro euros y el producto cuesta 3,90 euros.

Tras estos artículos, llega uno de los productos más icónicos, una lata de Coca-Cola. Ella cree que cuesta 70 céntimos, pero al ver el precio real, 59 céntimos, se sorprende. La bandeja de pollo, en cambio, le hace cambiar el gesto. Ella esperaba que costara tres euros, pero al llegar al frigorífico y ver el precio, 4,50 euros de media, señala: «Esto sí que es más caro de lo que yo esperaba».

Por último, las fresas, que estimaba en cuatro euros, tienen un precio de 3,20 euros porque están de oferta. «Están mejor de lo que esperaba», reconoce con alivio.