Un español prueba el desayuno que se sirve al ejército de España y da su opinión sin filtros: «La verdad es que...»

«Vamos a ver qué trae este, porque no lo habíamos probado nunca», dice el creador de contenido mientras abre el paquete: «Bueno pues como siempre unos sobres, vamos a ver de qué son». A continuación, detalla el contenido del desayuno número cuatro de las Fuerzas Armadas españolas: «Tenemos leche semidesnatada en polvo, miel, que esto sí me parece muy buena idea, sales en polvo para la rehidratación y dos de café instantáneo». «Dos de azúcar, gel hidroalcohólico, crema fluorada, el cepillo de dientes…», añade.

Pero el desayuno no se limita solo a bebidas, sino que también cuenta con otros alimentos básicos: «Dos pequeñas pastillas potabilizadoras, crema de cacao, copos de cereales con fruta y miel, galletas dulces…». Asimismo, como en toda ración militar donde la autogestión es clave, se incluyen herramientas para calentar la comida: «Aquí tenemos dos pastillas combustibles con sus cerillas, papel de celulosa, que son servilletas o papel higiénico, el hornillo para calentar la comida y como no, los chicles».

Tras enumerar cada elemento, el creador de contenido comienza preparando el café: «Antes que nada vamos a preparar el hornillo para calentar el agua para el café», explica mientras prende el fuego con una cerilla y una de las pastillas de combustible. Después, sigue el proceso paso a paso: «Antes de meterle fuego vamos a coger el cacillo del café y le ponemos el sobre de café instantáneo, el azúcar y la leche en polvo, no se la ponemos toda porque nos tiene que quedar para el otro sobre de café». Finalmente, añade el agua y lo deja calentar: «Le ponemos el agua y ahora sí que le metemos fuego. Y lo dejamos por aquí apartado».

Mientras el café se calienta, el creador de contenido comienza a probar los cereales: «Mientras vamos a ir probando los copos de cereales. La verdad es que viene bastante poquito, pone copos de cereales con fruta y miel. No sé si esto llevará leche, parece ser que no. Así que le voy a poner un poco de leche en polvo». Tras añadir el agua y remover la mezcla, ofrece su veredicto: «Bueno, ni fea que mate ni guapa que reviente, unos cereales básicos y a mi parecer escasos».

Luego, pasa a la miel, un elemento que le genera especial curiosidad. Sin embargo, se sorprende por la cantidad incluida en la ración: «Esto lo que viene es una cucharada de miel. Un sobre muy grande para tan poca miel». Aun así, su impresión es positiva en cuanto a la calidad: «Buena pinta tiene, granulada, buen color… a ver cómo está... Es poca pero la calidad buena».

Con el café ya listo, lo prueba junto a las galletas: «Ya tenemos nuestro café, no tiene muy mala pinta, y vamos a probarlo con las galletas». «Unas tostadas clásicas… yo así me comía todo el paquete», afirma mientras moja una galleta en la bebida.

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Uno de los momentos más esperados llega cuando prueba la crema de cacao: «Bueno lo que no voy a dejar pasar es la crema de cacao», declara con emoción antes de afirmar que la combinación con las galletas le recuerda a su infancia.

Para finalizar la experiencia, el conocido creador de contenido cierra la prueba con un detalle que nunca falta en las raciones militares y sus vídeos, el chicle.

Tras analizar cada elemento, el creador de contenido deja claro que, aunque el desayuno del ejército español es funcional y tiene algunos productos de calidad aceptable, la cantidad de ciertos alimentos, como los cereales y la miel, podría mejorarse. Por tanto, aunque la ración cumple con su propósito de proporcionar energía en condiciones extremas, según el experto en raciones militares, no se caracteriza por ser especialmente abundante.