El Madrid debuta en Liga con tres puntos y el enfado del Bernabéu

Los primeros veinte minutos de Liga del vigente campeón de Europa fueron un tiempo extra de la Supercopa de España : lentos, espesos, sin ideas ni intensidad. Como si fuera otro bolo veraniego de pretemporada. El «jepeto» de Ancelotti en el banquillo era la mejor definición del «espectáculo» de los suyos. Fue una jugada de pizarra entre Modric y Cristiano, que acabó en un chut mordido del luso atajado en dos tiempos por Juan Carlos, lo que despertó de la siesta al Madrid. Ramos, Bale y el propio Ronaldo de nuevo rondaron el gol pero sería Benzema, tras saque de esquina de Kroos, quien, como en la pasada temporada, hiciera el primer tanto de los blancos en la Liga. El testarazo del galo ponía fin a una alarmante sequía de Karim: un gol en cinco meses . Algo es algo, pero hay que exigirle mucho más. El francés es el único futbolista que no tiene competencia en el equipo. Y ya no está Zidane como psicólogo. Ancelotti tiene trabajo extra con el nueve.

El tanto de Benzema, a la media hora de partido, puso fin a los escasos diez minutos de buen juego de los blancos. Otra vez a sestear, y con susto antes del descanso con el ya habitual momento pifia de Íker. El mostoleño continúa con su preocupante bajo estado de forma representado a las mil maravillas en cada balón aéreo. Su mala salida en un saque de esquina no le costó el empate al Madrid de milagro. Havenaar, imponente en el salto y en el remate, la echó incompresiblemente fuera.

Si la primera mitad de los blancos fue «droga dura» la segunda no le fue a la zaga. Los pitos a Casillas tras su error pasaron a ser una atronadora música de viento contra todo el equipo. Sobre todo tras el gol anulado a Xisco en el minuto setenta por un claro fuera de juego. Era la culminación de los mejores momentos del Córdoba, un recién ascendido con 30 millones de presupuesto que dejó en el Bernabéu tan buen imagen que cuesta creer que su sueño de Primera solo vaya a durar nueve meses. Sombrerazo por Ferrer y los suyos. 42 años de espera han merecido la pena.

Otra historia es la del Real Madrid . Apenas han pasado tres meses de la consecución de la Décima y no queda nada de aquella gesta: ni solidaridad, ni bemoles, ni ganas, ni, fundamentalmente, juego. Cristiano juega a medio gas sabedor que en cualquier momento su bíceps femoral dice basta. Bale no estuvo en el Mundial pero no lo parece. Arbeloa y Casillas ya no están para estos trotes. James es como un pato mareado. Kroos y Modric, de momento, no tienen química. Y Di María ya está en Manchester mientras Khedira vuelve a ponerse el seis para irse en junio gratis . A Ancelotti le toca inventarse otro Madrid, porque con el 4-3-3 de la pasada temporada parece una quimera que pueda levantar algún título esta temporada. Ni siquiera el golazo de Cristiano en el noventa, que bajaba el telón de los horrores, maquilló el mal inicio liguero de los blancos. Tres puntos, sí, pero vayan empapelando las paredes de Valdebebas. Con apremio.