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Modric coge la batuta del Madrid

Es el hombre clave. Dirige el fútbol ofensivo, conecta con Cristiano y Benzema y se encarga de dar juego a Bale

Modric coge la batuta del Madrid efe

tomás gonzález-martín

Luka Modric fue un hombre clave en la tranquilidad que sintió Gareth Bale hasta firmar el 2 de septiembre por el Real Madrid . El croata vivió una situación similar un año antes. También pasó todo el mes de agosto, en 2012, sin realizar pretemporada con el Tottenham, en su deseo de fichar por el conjunto madridista. Luka rubricó su contrato el 27 de agosto, hace diecisiete meses, y debutó dos días después en el triunfo por 2-1 frente al Barcelona en la final de la Supercopa. Luego comenzó un duro trabajo de puesta a punto cuando la Liga llevaba dos jornadas disputadas. El galés repitió esas coordenadas doce meses más tarde. Eran compañeros en el club inglés y hablaron constantemente para saber manejar la tensión sin desesperarse. Ahora dialogan en el campo. Modric se ha convertido en el director del equipo. En el valedor del nuevo fichaje. Y los blancos ya juegan mejor.

El croata ha cogido la batuta de la creatividad para que el fútbol de ataque aproveche toda la calidad de Bale, Benzema y Cristiano . Era una asignatura pendiente.

Buscar a Ronaldo como solución, dada su enorme clase, era un recurso demasiado utilizado por sus compañeros. Luka ha tomado la responsabilidad de explotar bien las virtudes de Karim y especialmente de Gareth. El británico habló con Ancelotti la pasada semana para solventar su problema de desconexión con el juego madridista.

Pases en corto y giro veloz. Modric ha cogido la batuta para integrar al galés en la faceta constructiva. Y su amigo se siente mejor. Acogido. Conectado por fin. El centrocampista le conoce bien. Le ofrece pases en corto porque sabe que Bale posee la virtud de ir a por el balón sin esperar a que llegue y girar de golpe con una velocidad que desborda a su marcador. También le envía pases rasos en profundidad para que «GB11» explote su zancada de galgo. El quid de la cuestión es que el galés reciba más balones. En muchos partidos estaba desasistido, desperdiciado, y tenía que buscarse la vida por su cuenta. Modric ha puesto las cosas en su sitio.

Exige desmarques. El croata tiene un escudero que le permite lucir sus galas. Xabi Alonso ejerce como pivote que nunca sube. Mantiene la posición para cubrir al equipo cuando pierde el balón. Está situado siempre en el centro, por delante de los centrales. Aporta una seguridad que permite a Modric subir, regatear, arriesgar y enseñar su disparo sin tener que mirar atrás.

Los recursos de Luka son inagotables. A veces es presionado por dos rivales y saca el balón en su poder. Su capacidad para darse la vuelta y buscar otro desmarque es admirable. Sabe sostener la pelota en sus pies hasta encontrar otra alternativa para trazar su pase a la «BBC» (Bale, Benzema y Cristiano).

Los tres puntas se mueven para que el director elija su centro ideal en un despliegue conjuntado. Cristiano y Bale amagan con arrancadas por sus bandas. Después, uno de los dos vuela de verdad en profundidad y el otro se acerca al croata para recibir en corto. A la vez, Benzema hace una diagonal en punta. Los defensas observan a los tres en misiones distintas. Se desorientan. Es lo que Ancelotti quiere. Mayor movilidad ofensiva.

El Bernabéu le aplaude. Mourinho ya destacó la pasada temporada la creación de «Mo». Hoy, la afición le ovaciona. Reconoce su calidad y sobre todo su regularidad.

La constancia define su carácter. Su vida de niño le hizo fuerte. La guerra de los Balcanes le obligó a vivir en la isla de Iz. Jugó al fútbol mientras escuchaba las bombas no muy lejos. Su padre combatía en el ejército croata. Su abuelo murió en plena batalla, por el disparo de un francotirador serbio. Luka jugaba al fútbol mientras hacía el servicio militar. Bajo ese pelo rubio, lacio, hay un hombre duro. Su clase no esconde su tenacidad.

En el césped no para de tener el balón, buscar pases y pedir desmarques. Dirige al equipo para generar goles y lo hace continuamente. No «desaparece» del juego. Al revés. Es quien lo lleva. Costó 45 millones. Hoy, en el club se piensa que están bien invertidos. Vino como futuro relevo de Xabi y se ha transformado en su compañero ideal. Se complementan. Mírenles cómo chocan las manos cada vez que hacen una jugada. Alonso es su protector. Y Modric disfruta pensando solo en atacar.

Comparación entre Modric y Khedira. Luka, rey de los pases buenos. Es el surtidor de centros. Ha jugado 26 partidos y ha dado 1.464 pases buenos. Un promedio de 56 por encuentro. Buen recuperador. Robó 144 balones en 26 partidos, 5,5 promedio. Es un buen dato para un futbolista que es el creador del equipo. Pocos fallos. Solo ha dado 200 pases malos en esos 26 partidos, un promedio de siete. Es un gran dato para un futbolista que arriesga constantemente casi todos sus centros en el ataque del Real Madrid .

Sami Khedira. Pases en corto. El alemán ha dado 612 pases buenos en los quince partidos que disputó antes de su lesión. Una media de 40 por encuentro. Su labor era asegurar el balón y sobre todo frenar al contrario. Recupera menos. Es un hecho destacable. Se piensa que Sami era el máximo recuperador del equipo y Modric le supera en proporción. El alemán recuperó 67 balones en quince encuentros, un promedio de 4,5 frente a los 5,5 del croata. Errores mínimos. Sami ha protagonizado 103 pases malos en sus quince encuentros. La media es de 6,9 errores por encuentro, similar a la de Luka.

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