El talento blanco

Mourinho, como siempre, fue fiel a su idea. Salió con un medio centro de corte defensivo, Pepe, y con Modric al lado. Eso no garantizaba la puerta a cero, pues el Madrid recibió dos goles. No quiero imaginar que hubiera sucedido si el equipo hubiera sufrido esos goles con Modric y Ozil como medios centro. Escucharíamos que así no se puede jugar, que se necesita equilibrio, un conjunto compensado y futbolistas que guarden las espaldas a los delanteros. En la segunda parte, sin un medio centro ancla, el Madrid soportó las mismas oportunidades en contra, pero con una diferencia: fabricó diez veces más ocasiones de gol y metió cuatro.

¿Qué había cambiado? Simplemente que Mourinho puso todo su arsenal de talento al servicio del equipo. Modric, Ozil, Kaká, Benzema, Higuaín y Cristiano, además de Ramos como lateral derecho. Vimos a un Madrid combinativo, asociativo, imaginativo e igual de eléctrico que en su mejor versión del contragolpe. ¿Eso qué significa?. Que el equipo se podría dar más de una vez el gustazo de jugar en el Bernabéu, ante equipos de media tabla, con futbolistas netamente ofensivos. Porque en el intercambio de golpes el Madrid lleva todas las de ganar. Y el público se lo pasaría mejor.

Mourinho ganó 5-2 y se fue feliz a casa. Seguro que él habría preferido un 3-0. Pero la segunda parte frente al Mallorca es de esas cosas que cualquier aficionado paga gustoso por ver. En esta historia me quito el sombrero ante el «Iniesta blanco». Es turco de origen, nacido en Alemania y llamado a triunfar en el Madrid. Ozil sería uno más de La Roja. Disfrutaría en el equipo de Del Bosque. Junto a Zidane, es el jugador más talentoso e imaginativo que ha vestido esa camiseta (Y Guti cuando le daba la gana).