Hacer la esvástica
La recurrente frase de «Eso hoy no se podría decir o hacer» me cansa. Y claro que vivimos tiempos memos
Astrid Lindgren, la escritora que revolucionó la infancia a base de activismo y Pippi Calzaslargas
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Iniciar sesiónMe gusta mucho hacer la esvástica en la cama. No es una posición sexual. Voy a 'Mujeres' (1939), la película de George Cukor con mujeres de protagonistas y mujeres escribiendo (de Clare Booth es la obra original, y el guion de Anita Loos y ... Jane Murfin). Norma Shearer se ha separado de su marido, que se ha liado con la lagarta de Joan Crawford. Hay un diálogo con su madre, cuando Shearer está a punto reconciliarse con maridito. La madre le dice que para qué, con lo bien que se está en la cama sola haciendo la esvástica. Imaginen un brazo por un lado, otro brazo por otro y cada pierna para un lado en contorsión de esas que sirve de estiramiento. Un placer.
La recurrente frase de «Eso hoy no se podría decir o hacer» me cansa. Y claro que vivimos tiempos memos. El otro día, Eva Longoria decía en 'Entertainment Tonight' que hoy no se podría emitir 'Mujeres desesperadas'. Que sería cancelada. No por la cadena, una cancelación cultural. Hombre, la serie que se estrenó en 2004 tampoco era tan subversiva. Según Longoria, decían y hacían cosas que eran impactantes en su día. Vale, Felicity Huffman vomitaba en el bolso de una señora. O bajaba a sus revoltosos hijos del coche y los dejaba en la carretera (cosa que Marc Cherry contó que le había hecho su madre). Un suicidio en el primer episodio y que la muerta cuente la historia se repite en la estupenda 'Las invisibles' (SkyShowtime). Claro que Longoria (Gaby) tenía un lío con su jardinero quinceañero (Jesse Metcalfe, de 25). En un episodio de 'Yellowstone', Beth Dutton habla con un niño en la puerta del hospital. El niño le pide un cigarro y se lo da. Se lo enciende con el suyo. Al cabo de un rato le pregunta cuántos años tiene. «Catorce». Y le quita el cigarro. «Creía que tenías 16». A ver, cualquiera espera que Beth dé un cigarro a un niño de 14. Y siempre va a ser lo menos censurable que haga.
En Filmin se ha rescatado 'Pippi Calzaslargas'. Hace unos años supe que había padres que no dejaban ver Pippi a sus hijos por no sé qué asunto pernicioso para a la educación. También supimos que en Suecia se iba a censurar una emisión de Navidad. Se eliminaba la secuencia en la que Pippi hace el chino estirándose los ojos. Váyanse a pastar. Pippi era nuestro modelo ideal de vida. Una niña que vive sola en Villa Kunterbunt, no va al colegio, ronca, se levanta a la una porque ha estado toda la noche bailando la polka, tiene una fuerza descomunal, un mono, un caballo blanco de lunares, un padre pirata y un maletín lleno de monedas de oro. No tuvimos otro modelo femenino (¿feminista?) hasta que llegó Xena en cueros y pegando mandobles.
El único disgusto que nos llevamos fue cuando descubrimos en las revistas que la actriz de Pippi, Inger Nilsson, tenía ya 20 años y era una señora sin trenzas tiesas ni los dientes separados. Lo único malo que veo a Pippi Calzaslargas es que su cama era demasiado pequeña y no podría hacer la esvástica.
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