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Amélie Nothomb no puede ver series
Mira, como las tramas corruptas de nuestra política. A la manera de la caja de música de Jessica Lange, le das a la manivela y salen fotos (o audios) que delatan pasados y presentes
Artículos de Rosa Belmonte en ABC

Amélie Nothomb no ve series. Le provocan una adicción que le resulta físicamente desagradable. Tampoco tendrá tiempo si publica una novela cada quince días. Le ocurrió con 'Mujeres desesperadas'. También le parece (hablando de literatura, porque me temo que no ha visto 'Falcon ... Crest') que los 'cliffhangers' son una manera malvada de provocar adicción. Como las patatas fritas (de bolsa), que tampoco come. Ya saben que un 'cliffhanger', y los finales de temporada de 'Falcon Crest' resultan modélicos para explicarlo, son recursos narrativos que te dejan impactada y a la espera. Un terremoto, la aparición de un personaje inesperado… Mira, como las tramas corruptas de nuestra política. A la manera de la caja de música de Jessica Lange, le das a la manivela y salen fotos (o audios) que delatan pasados y presentes. Como cuando apareció Valerie, a la que conocíamos por Escassi y contó el vínculo con Ábalos. O cuando Sánchez nombra nuevo adjunto a la Secretaría de Organización y le salen mujeres que han sufrido de ese señor acoso sexual y abuso de poder. Es un no parar.
Y parada en un tren en La Sagra me puse a ver en Atresplayer 'La encrucijada', con 60 capítulos a la vista. Gente guapa, venganzas, amores imposibles y otra vez Canarias como postal ('Weiss & Morales', 'Hierro'). A ver, en esta cosa de maneras turcas no me pillan. Bastante tengo con estar enganchada a 'Sueños de libertad', aunque, salvo por las tramas de las Mafin, no innova demasiado. Y el malo nuevo no me gusta. Ahora intuyo que la malvada María en silla de ruedas va camino de replicar a Teresa (Mirtha Ibarra) en 'La verdad de Laura'. O sea, utilizar una falsa incapacidad para retener a su marido.
Tenemos dos estrenos que se habían retrasado. Uno, la segunda temporada de 'Sandman' (Netflix), basada en el cómic de Neil Gaiman con su participación y promoción. Entre una y otra temporada, vaya, se produjeron las acusaciones de agresión sexual contra el escritor británico. Ya hay nueve mujeres. Netflix informó de que la segunda temporada ya rodada sería la última. Y ni se ha promocionado. Un marrón semejante le vino encima a Atresmedia con 'El Gran Salto', serie sobre Gervasio Deferr interpretada por Óscar Casas. Tras la promoción, una mujer aseguró haber sido víctima de abusos por parte del gimnasta cuando ella y otras dos chicas eran menores de edad. Se aplazó el estreno de forma preventiva (antes de que se hiciera pública la denuncia). Ahora el comunicado del grupo dice: «Gervasio Deferr ha negado públicamente esta acusación y ha reiterado su inocencia. No existe ninguna resolución judicial al respecto de lo ocurrido. Los supuestos hechos no se denunciaron nunca ante la Justicia». Estaría bueno que no se pudiera estrenar.
En la lista de las 100 mejores películas del siglo XXI que ha publicado el 'New York Times' no hay de Woody Allen ni de Polanski. Me la tomo tan en serio como a Amélie Nothomb.
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