Parrillada Mixta
La puñetera verdad
Sánchez se queja de la desproporción del peso que la derecha mediática ejerce en la opinión pública, del 90 por ciento. «Y me quedo corto», anota
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Iniciar sesiónNo ha faltado, en el último bolo de su gira de monólogos asistidos y entrecortados, ninguno de sus grandes éxitos. Tampoco hubo que esperar a los bises para ponerse a pegar botes. Empezó fuerte Pedro Sánchez, al que solo se pudo ver vacilante y ... desorientado a la hora de dirigirse a su 'partenaire' ocasional, «señora Quintana» o «Ana Rosa», alternaba el presidente del Gobierno, confundiendo las distancias.
Es precisamente esa forma de compadreo que empieza con el tuteo, popularizado por Pablo Iglesias para marcar el territorio de su manada mediática –«Precioso abrigo de pieles el que trae usted», espetó en enero de 2016 y en tercera persona a una periodista, no afín a sus rituales de cortejo y sus procesos de adhesión inquebrantable–, el que ahora utiliza el presidente del Gobierno para fingir cercanía, ejercer victimismo y esclarecer la verdad, «la puñetera verdad», remata Iglesias, pareja estable de una ministra condenada por el Tribunal Supremo por insultar –reza el auto– sin «ninguna base fáctica objetiva».
«Los hechos», repite Sánchez. «Las mentiras», lamenta en su monólogo. «La manipulación, la maldad», añade de memoria. «La narrativa de la ilegitimidad», prosigue sin tomar aire. «Insultar nos degrada como país», añade a su lista de agravios.
«Sin ser yo nada de eso», dijo en 2007 una vecina de Valencia, envuelta en plásticos e insultos, mientras plantaba en 'Callejeros' la semilla televisiva de todas las campañas de difamación que en España han sido.
Ahora es Sánchez el que se queja de la derecha mediática y de la desproporción del peso que esta ejerce en la opinión pública, que según el CIS debe de andar por el 90 por ciento. «Y me quedo corto», anota.
Ana Rosa y Pedro podrían haberse puesto a hablar de libros desde la autoridad editorial que les proporcionan sus plagios y sus negros, respectivamente, pero se enzarzaron en el debate –puramente sanchista y bizantino– sobre la mentira que fabrican unos medios conservadores a los que ahora se empeña en tutear. No avanza el líder del PSOE en su campaña de su desenmascaramiento. No da nombres. Solo números, y se queda corto, como el CIS del contable Tezanos. Ante esta falta de avance, lo más oportuno sería identificar a los periodistas que sí dicen la verdad. Por sus obras los conoceremos.
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