parrillada mixta
Al-Mudena
TVE es la cadena de la proporción y la proporcionalidad
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Un terrorista de Hamás
Al-Mudena es el nombre de guerra y túnel de la reportera conocida en Occidente como Almudena Ariza. Podría trabajar sin mayor dificultad en Al-Jazeera, en Al-Arabiya o en Al-Macenes Arias, por lo catastrófico, pero no se mueve de TVE. Desde ... hace días se encuentra en Tierra Santa, desde donde califica de «prisioneros» a los presos que Israel libera a cambio de los rehenes que Hamás capturó en su razia del 7 de octubre. La proporcionalidad debe de consistir también en eso, en equiparar a los inocentes secuestrados por una banda de encapuchados y a los criminales juzgados y condenados por un régimen de libertades y garantías, tantas que incluso su primer ministro está empitonado por los tribunales, a los que, sanchista de kipá, quiere ventilarse.
Al-Mudena, almuédana de progreso, no deja de interpretar de memoria el papel de figurante en la función de la emisora pública, modelo de proporcionalidad y de reparto equitativo de tiempos y culpas. Es bien conocido que TVE aplica una cuenta –pactada en los tiempos del bipartidismo, ya inmemoriales, entre el PSOE y el PP– para distribuir unos espacios electorales que ya nadie ve. Cada partido dispone así de un tiempo proporcional a su representación parlamentaria, fórmula que con el tiempo, y esto es lo relevante, se trasladó a los telediarios: quien más diputados suma en las Cortes, más sale en la tele, tenga algo que decir o mucho que callar. Lo normal, o lo anormal.
Mal que bien, este esquema se ha perpetuado hasta que, por primera vez desde el 78, el partido que gobierna en España tiene menos diputados que el de la oposición. Cosas de Sánchez, que busca votos debajo de las mismas piedras en las que tropieza Feijóo. Las cuentas siguen saliendo, y es el PP el que más minutos ocupa en los espacios informativos de TVE. Sin embargo, quien dicta el guión de la cadena es el PSOE, a su vez condicionado por sus socios, lo que incorpora un sesgo inédito en el enfoque informativo, por así decirlo, de una agenda de actualidad reconvertida en catálogo de causas nobles, humanitarias, comprometidas y con la adecuada perspectiva. Quizás Al-Mudena sepa determinar si en este contexto somos rehenes de sus revelaciones o, con todas las de la ley, presos de las mismas.