El «Supervivientes» más insípido no engancha pese a las mentiras

En la isla, así las cosas, las estrategias y las mentiras siguen su curso . Ana María Aldón , que ha decepcionado hasta a sus defensores al mantener una actitud demasiado neutral respecto a los problemas de Rocío Flores, reclamó en Honduras «más calor» por parte de Ortega Cano: «Lo grande que es la familia. Preparamos la cena, cenamos y estoy deseando acostar al niño y al padre. Y yo me bajo a trabajar. Y yo necesito más calor... y él también. El año que viene que venga él para que también se de cuenta», señaló.

A pesar de esta declaración de amor, no han faltado los vídeos que muestran el acercamiento entre Aldón y el «Jesulín peruano» , Antonio Pavón, con el que la relación es cada vez más estrecha. Hay que recordar que Pavón fue uno de los críticos con Rocío Flores, un hecho que a Aldón parece importarle poco si se trata de salvaguardar la amistad con uno de sus grandes apoyos. ¿Se están marcando Ana María Aldón y Pavón un Rosa Benito-Montalvo? ¿Están perpetrando un montaje para engañar a la audiencia y continuar en el programa? La historia, de seguir su curso, tendría menos sentido que la de Hugo e Ivanna , que pese a haber proporcionado las escenas más tórridas de la isla están pasando inadvertidos ante la audiencia del programa. Cuánto daño han hecho Adara y Gianmarco.

Otra de las cosas que ha pasado en «Supervivientes 2020» en los últimos días ha sido la disculpa de Fani a Rocío Flores . La joven de «La isla de las tentaciones» traicionó a su amiga, a quien llamó vaga ante sus compañeros, y el programa las obligó a convivir atadas con una cuerda. Parece que Fani ha descubierto que ser enemiga de Flores no le beneficia. Entre tanto, la novia de Christofer ha vuelto a hablar de su infidelidad, único tema por el que es famosa, y ha reclamado de nuevo el perdón del chileno.

Como ven, ninguna de las tramas es trepidante. No está siendo 2020 un buen año para los realities. Con OT cancelado , de momento, aferrarse a «Supervivientes» es una mala opción. Váyanse a Netflix, que tienen «Love is blind» , y ya verán si se ríen... o lloran.