Padres
En «Your honor», Bryan Cranston demuestra que no es el general Moscardó
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Iniciar sesiónRonald Reagan sorprendió al ministro de Exteriores, Pérez-Llorca, hablándole del general Moscardó (lo cuenta Inocencio Arias en «Los presidentes y la diplomacia»). Fue el 9 de julio de 1981. Impresionaría al presidente estadounidense cómo Moscardó no se había plegado a las ... exigencias de los republicanos (¡comunistas!), ni siquiera para salvar la vida de su hijo, Luis, que sería asesinado un mes después (la correspondencia de Moscardó y su mujer confirma que le ofrecieron salvarlo a cambio de la entrega del Alcázar de Toledo). Cualquiera sabe si en la conversación telefónica que mantuvieron, el padre dijo al hijo lo de «Encomienda tu alma a Dios, da un grito de ¡Viva España! y muere como un patriota!» . Pero más impresionó a Pérez-Llorca que le sacara a Moscardó. Y dijo a Arias: «No sé lo que vas a contar porque este hombre ha estado muy simpático, pero después […] de que se alegra de que en España todo se haya normalizado, me ha dado un pequeño speech, arrobado, formulándome preguntas sobre Moscardó y el Alcázar. Es que no sé lo que vas a contar sin mentir». Por supuesto, a la prensa se le dijo que había hablado del valor de la democracia en España y esas cosas mucho más aburridas.
Me he acordado del general Moscardó viendo «Your honor», la serie de Bryan Cranston (Movistar +) . Otra importación de Israel. Un drama protagonizado por un respetado juez (Cranston) cuyo hijo atropella y deja morir a otro chico. Lo importante es qué hace el padre para proteger a su hijo de un peligro que no esperaba (y que no es la normal acción de la Justicia a la que lo iba a someter). Al principio vemos al juez en una vista y sabemos que es un profesional honrado y preocupado por la gente, por aplicar la ley pensando en las personas. La literatura neurológica describe a un juez con una lesión en el lóbulo frontal causada por unos fragmentos de granada en el cerebro y, en consecuencia, privado de emoción. Dimitió porque pensaba que esa lesión le anulaba como juez, que en la justicia había sentimiento, no sólo pensamiento. En la paternidad, mucho más. Y no todos los padres son Moscardó.
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