Desencanto eurovisivo: Pastora Soler mereció más
España regresa a los mejores puestos del festival pese a que el televoto no fue generoso con nuestro país
javier escartín
España vuelve a estar a la cabeza de Europa. Al menos, en Eurovisión. La magistral actuación del sábado por la noche de Pastora Soler en Bakú permitió que nuestro país volviera al top10 del certamen europeo ocho años después de la legión de "triunfitos". ... La cantante andaluza ofreció una impecable actuación de su "Quédate conmigo" y encandiló a los más de ocho millones de españoles que siguieron la ceremonia por televisión.
Sin embargo, la maestría de su actuación no queda recompensada con el décimo puesto cosechado. La sensación es que Pastora Soler mereció un lugar mejor en la tabla final. Fue, junto con la albanesa Rona Nishliu, la mejor voz de la noche, y la escenografía diseñada por su marido Francis Viñolos resultó elegante, efectiva, y acorde con la solemnidad que desprende la canción. ¿Qué pasó entonces? No podemos esta vez achacar al idioma la causa de nuestra decepción, puesto que otras cinco canciones del top 10 estuvieron cantadas de forma total o parcial en otra lengua que no fuera el inglés. Tampoco en el grupo de cinco coristas que acompañó a Pastora, que estuvo impecable. Y ni siquiera en el fondo de escenario escogido o en el vestuario de la intérprete, un vestido de corte helénico en gasa verde aguamarina del diseñador Cañavate; también de lo mejor en cuanto a estilismo de lo que pudimos ver ayer en el Crystal Hall.
La única explicación para no haber cosechado un puesto más importante se puede deducir de las puntuaciones que España recibió . Predominaron los "seises" (Países Bajos, Francia, Bélgica, Austria, Rumanía y Chipre), y eso no es casual. Esta puntuación tan reiterada se debe a que Pastora Soler obtuvo en el pase de los jurados muchos "doces" que el televoto redujo drásticamente. Ese es el principal motivo por el cual Pastora no quedó más arriba en la clasificación: el público no nos votó.
Tampoco contamos con la ayuda de los países vecinos, ya que solo Portugal se mantuvo fiel y nos regaló la máxima puntuación. Nuestra segunda mejor nota procedió de un país tan lejano como Israel, e Italia aún no nos ha premiado con ningún punto desde su retorno en 2011 al festival.
Suecia arrolla en Europa
Donde sí se cumplieron los pronósticos fue en el triunfo de Loreen . La cantante sueca obtuvo una holgada victoria con un tema moderno y una puesta en escena sencilla pero muy original e impactante. Suecia obtuvo puntos de todos los países que han participado este año en Eurovisión excepto de Italia, por lo que se quedó a sólo quince del record de puntuación que cosechó el noruego Alexander Rybak en 2009.
Un ejemplo claro de la contundencia de su victoria, con una canción que previamente ya había sido la más escuchada en Spotify y fue número uno en ventas en todos los países nórdicos. Después del triunfo de anoche, la "euforia" sueca se ha contagiado por toda Europa y la canción es la más vendida en prácticamente todos los países: desde España hasta Finladia, pasando por Bélgica, Chipre, Dinamarca, Austria, Alemania, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Holanda, Noruega, Suiza y por supuesto, Suecia.
Las abuelas rusas fueron las otras grandes vencedoras de este año tras lograr el segundo puesto. Un gran resultado apoyado sobre todo en un televoto anestesiado por la simpatía que despertaron las octogenarias de Buranovo. La medalla de bronce fue para Željko Joksimović, acostumbrado siempre a quedar muy bien en el festival (fue segundo en 2004, y otros dos temas compuestos por él fueron también top10) pero que aún no ha dado con la clave para alcanzar finalmente la primera posición de un festival, que un año más, ha sido todo un éxito de audiencia en nuestro país.
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