Felipe de Edimburgo, un personaje ingenioso y turbio, según 'The Crown'

La serie de Peter Morgan ofrece un retrato ambiguo del marido de Isabel II, que matizan sus distintos intérpretes

Tobias Menzies da vida a Felipe de Edimburgo en las temporadas tres y cuatro. De espaldas, Olivia Colman Netflix

Netflix, Left Bank Pictures, Sony Pictures Television y el equipo de 'The Crown' han enviado sus condolencias por la muerte del Duque de Edimburgo . Pierden a un espectador fiel y a uno de sus grandes personajes, aunque fuera necesariamente secundario. En vida ... no lo trataron demasiado bien, aunque el recuerdo que deja en el espectador es casi amable, en buena parte por el trabajo de sus intérpretes.

Tres actores han dado vida a Felipe de Edimburgo en 'The Crown', la serie que más y mejor ha retratado a la familia real británica, en la que los historiadores también han encontrado, sin embargo, importantes imprecisiones. Hasta ahora hemos podido ver en el papel a Matt Smith , las dos primeras temporadas, y a Tobias Menzies , las dos siguientes. A falta de ver el desempeño de Jonathan Pryce , después de su interpretación del Papa Francisco, se puede observar un trato astuto hacia el personaje, según el inteligente y polémico enfoque de Peter Morgan , creador de la serie.

El guionista británico, como ya demostró en la película 'La Reina' (donde fue James Cromwell el elegido para el papel) es un experto en encontrar el conflicto incluso en las situaciones más apacibles. Luego lo explota a fondo, aunque cubriéndose las espaldas con una red de matices, de modo que no parezca que intenta derribar la monarquía ni tampoco, por supuesto, defenderla a muerte. La historia le da suficientes elementos dramáticos y su mirada es entre crítica y condescendiente .

En un serie tan larga, el Príncipe Felipe encuentra numerosos momentos de gloria. También alguno de acidez, más o menos malévola . Se ha señalado, por ejemplo, que es falso que se resistiera a arrodillarse ante la Reina, aunque las conversaciones entre los monarcas son pura especulación por parte de los guionistas, que buscan una verosimilitud dramática, pero también para los historiadores, que nada pueden saber tampoco de los diálogos más íntimos entre Isabel y Felipe. Lo que no hace nunca Morgan es contentarse con sosas escenas de relleno.

En la tercera temporada de la serie, ya con Menzies en el papel, vemos otro momento decisivo para el personaje, cuando se reencuentra con su madre, la Princesa Alicia . Felipe la evita en un principio, cuando llega a Buckingham y entra casi de tapadillo, hasta que ella concede una entrevista a un periodista de 'The Guardian', cuyo relato muestra el lado más humano de la realeza. El Príncipe de Edimburgo, mostrado como un renovador que quiere dar a conocer el trabajo de 'la firma', comprende que la aportación de su madre, más natural, ha sido mucho más efectiva y menos publicitaria que sus intentos previos. La entrevista es un invento de guion, pero la reconciliación entre ambos parece que se produjo de un modo muy parecido al que muestra la ficción.

Supuestas infidelidades

Más controvertida es la manera en que la serie cuenta las posibles conexiones de Felipe de Edimburgo con el caso Profumo , por no hablar de la sombra nazi que siempre persiguió al apellido Mountbatten. La Casa Real británica siempre ha negado las implicaciones del marido de la Reina en el escándalo sexual , que sacudió la sociedad británica en los años sesenta. Del Duque también se insinúan sus supuestas infidelidades, sobre todo en las temporadas en las que lo interpreta Matt Smith, que tiene, si se permite la licencia, más cara de sinvergüenza que Tobias Menzies.

Por lo demás, Felipe de Edimburgo aparece retratado como una persona ingeniosa y con sentido del humor, capaz de discutir con la Reina sin perderle el respeto, crítico con la clase política y poseedor de inquietudes morales y científicas, aunque parece que su especial interés por las misiones de la NASA tras la visita de la tripulación del Apolo XI es otra licencia dramática. En algún momento también se muestra su pequeña complicidad con la Princesa Diana , como suegro cariñoso y comprensivo, siempre dentro de la frialdad oficial. Según algunos, aquí la serie incluso se queda corta.

En el plano interpretativo , Matt Smith aporta la altura física que requería el personaje y Tobias Menzies, más alto aunque no lo parezca, le da verdadera talla, pese a que los focos se empeñan en batir sus rincones más oscuros. El actor inglés, famoso por títulos como 'Outlander', 'The Terror' y 'Juego de Tronos', llena con su calidad las posibles grietas que deja el guion en su carácter. El balance en un espectador desapasionado y suficientemente desinformado acaba siendo positivo, pese a todo.

Quizá la lectura final se aproxime bastante a lo que dijo el propio actor a ABC sobre la monarquía: «Me considero republicano, pero investigando me he dado cuenta de su indudable dedicación y del servicio que han dado a este país».

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