Tiempos incómodos

Con su mezcla de tiempos –cuatro épocas– lo intenta también 'Cadáveres', de lo más visto en Netflix, que ejemplifica a la perfección la esencia del problema: vivimos empeñados en imaginar cómo será el futuro pero incapaces de dejar el pasado atrás, quizás porque, por muchas cosas que pasen (y pasan todo el rato), lo de antes nos sigue atrapando.

Entre empachos de nostalgia y viajes al futuro, lo que nos sobra es el presente. Vivir el ahora es un oficio de riesgo, no hay más que ver al eterno redimido del Pequeño Nicolás, detenido por hackear la web de la DGT para sacarse el carnet de conducir, cuando, hace no tanto, a los famosos de medio pelo les bastaba con ir a Cuenca. También le ha pasado factura a la intocable Ana Rosa Quintana, que, tras su patinazo vespertino con 'TardeAR', quizás no vería tan mal volver, si aún hay hueco, a lo de reina de las mañanas.

Unos se van y otros se pierden por el camino. 'Los Simpson', la serie irreverente y crítica por antonomasia, ha decidido entregar las armas con el anuncio de que Homer, antítesis de la corrección política, dejará de estrangular a Bart porque, admiten, «las normas culturales han cambiado». Ni ser la serie más longeva de la televisión libra al humor gamberro de la memez predominante, por mucho que lo de cohibirse vaya contra la propia esencia de 'Los Simpson', que tendrá que inventarse una muerte o multiplicarse por cero para no perder la dignidad que aún le queda, que ya no es tanta.

Es verdad ese epitafio tan viral que dice que Chandler Bing somos un poco todos. Al personaje de Matthew Perry le daba por hacer chistes cuando estaba incómodo y ahora que el actor no está, y que están de moda los cómicos tristes como Eugenio, nos toca al resto encontrarle la gracia al incómodo presente. O ponernos 'Friends' y refugiarnos en el Central Perk. Y ya puestos reírnos, aunque a veces cueste mirar al lado bueno de la vida.